Por Matías De Rose (@matiasderose)
Alejado del terreno de las competencias y enfocado en su música, Replik demuestra una vez más que el rap no tiene formato. Esta nueva etapa como productor lo encuentra inmerso en la exploración de una experiencia sonora que deambula entre el deep boom bap y el lo-fi.
“Pleito”, su reciente beat tape, presenta diez tracks instrumentales llenos de arpegios sintéticos, puentes y armonías disonantes que crean un ambiente psicodélico muy particular. En “Raven”, que significa cuervo en inglés, ya dejaba notar la precipitación de un marcado concepto a la hora de componer tanto la música como las letras. En ese sentido, la figura del ave surgió como una forma de marca registrada para sus beats, y una representación de la oscuridad que el rapero intenta plasmar de su mundo introspectivo.
“Es pura experimentación. Nace desde que empecé a producir y luego expresé mis abstracciones y oscuridades saliendo a la luz. El cuervo está en todos los temas y es lo que une a las canciones dándole nombre al material”, definió Replik a este trabajo. La versatilidad con la que logra transmitir distintos mensajes y climas dentro de una misma canción se encuentra presente también en este último sencillo para nada convencional. Otro sello de su estilo muy presente en casi toda su producción es la apuesta por la disminución de BPM (beats por minuto) en cada pista, dando como resultado un boom bap con un ritmo más pausado de lo que es habitual en la industria.
Con apenas 19 años, Manuel Vainstein ocupa un lugar de relevancia en el ámbito de la música rap y cada estreno suyo viene con una carga de data muy fresca. Después de todo, dejó de lado su pertenencia a la escena freestyle para poner foco a este camino de exploración, mostrando una nueva faceta de sí mismo que habla de un proceso de maduración artística notable.
Así lo demuestra su propia identidad dividida en Manuel Vainstein, Manucho Conflicto y Replik, adoptando una representación distinta para cada etapa. Y deja un símbolo perfecto: lo que ayer fueron las batallas de gallos, hoy son pleitos de cuervos dentro suyo; o al menos eso parece inferir.