FONOLOGÍA Y DICCIÓN: SU IMPORTANCIA EN EL RAP

Una de las cualidades menos analizadas en el mundo del rap y del freestyle tiene que ver con la claridad al enunciar, algo que pasa un tanto desapercibido a la hora de disfrutar pero que subyace a cualquier análisis. ¿De qué se trata y cómo influye en el rapeo?

Por Flor Viva (@florviva)


La materia prima principal para el rap, que es una de las formas más complejas de poesía oral, es el lenguaje.
Cuando escuchamos rap en español, así como en cualquier otro idioma, naturalizamos la habilidad que requiere esto en cuanto a la claridad y la prolijidad para no solamente poner en palabras un concepto sino también para que esas palabras cumplan ciertos requisitos fundamentales. 

En primer lugar, la enunciación en el rapeo tiene mucho que ver con su relación con la caída de las palabras sobre el beat. La famosa expresión “pegarle al beat” no tiene que ver exclusivamente con introducir el contenido en la medida a la que llamamos barras. También hace alusión al aterrizaje de cada sílaba en los golpes altos y bajos de la instrumental. Incluso ante la ausencia de un beat, las palabras pueden demarcar claramente un recorrido de golpes internos en cada verso que puede ser más o menos limpio dependiendo de la maestría con la que se realice. Hay idiomas en los que esto resulta quizás más sencillo: en el idioma inglés, por ejemplo, hay muchísimas más palabras monosilábicas que permiten, al ser unidades en sí mismas, cortar los sonidos a partir de las consonantes más fuertes e incluir mayor cantidad de contenido en la misma cantidad de tiempo. Los fonemas llamados “plosivos”, entre los cuales se encuentran los sonidos que corresponden a la “P”, la “T” y la “K”, funcionan como eficaces separadores de sonidos vocálicos que en el rap no suelen extenderse tanto, como sí en otros ritmos. Al oír a míticos raperos angloparlantes como Stormzy, Guru o Biggie esto puede notarse prestando especial atención a cómo a los cuatro puntos de inflexión principales de cada barra les pega, más frecuentemente, una consonante. Más velocidad toma la enunciación de un rapper, más se puede distinguir la importancia de estos fonemas: Busta Rhymes allí sirve muy bien de ejemplo, y hoy en día las bases de trap nos ofrecen ejemplos abundantes tanto en batallas de gallos como en la música.

En el español esto funciona de la misma manera, pero sí es importante resaltar que en este idioma, a pesar de que cuenta con esa ya mencionada diferencia en cuanto a la cantidad de palabras y la composición de las mismas, quien rapea puede adoptar determinadas estrategias, ya sea consciente o inconscientemente, para lograr resultados igualmente exitosos. El español, por ejemplo, es más flexible en varios aspectos: el ejemplo perfecto es el orden en el cual se colocan las palabras. “Tendrías que entrenar años más que doscientos mil” le dijo Bnet a Force en FMS España. Esa oración podría tener otro orden y conservar el mismo sentido. En inglés, esto es un tanto más complejo, es un idioma más rígido, y cambiar el orden a veces implica tomarse ciertas licencias poéticas no tan usuales que gambetean las reglas gramaticales. Otra manera de afrontar una instrumental desde el español es distribuyendo los acentos del verso de manera tal que le den peso a distintas sílabas, o encarando de maneras diferentes la musicalidad de la instrumental: hay rappers que tienden a la división muy clara y prolija en sílabas para cada golpe, como Walls o Chuty en las batallas o argentinos como Santoz y Kelo en la música. Del lado opuesto, Errecé, Sara Socas o Aczino, por nombrar algunos, suelen jugar más imprevisiblemente con la extensión silábica que crean.

 

También es posible la “asimilación por contacto”, que significa hacer muda una letra por formar parte de una cadena hablada o por estar pegada a una consonante fuerte, muy común con la letra “S” y la “D” (en ciertas terminaciones como “-ado”) en nuestro idioma: Trueno, Skone, Valles-T y Tom Crowley aplican este tipo de medida muy usualmente. Un factor importante que influye en este tipo de conductas es, obviamente, el acento con el que habla cada MC. Hay regiones del mundo, como España, donde las letras “C” y “S” se pronuncian diferente previas a ciertas vocales, y hay otras, como en Sudamérica, donde suenan igual, e incluso la “Z” no suena distinta. Alguien con acento ibérico tardará milisegundos más, necesariamente, en pronunciar una palabra como “escena.”

Los mencionados y tantos otros métodos son utilizados, en verdad, por todos los hablantes del español y, desde ya, por todos los freestylers. Sin embargo, no son todos los que suman estas tácticas a una excelente pronunciación de las palabras, algo crucial frente a un micrófono y que se vuelve más necesario incluso al cruzarnos con raperos que asumen el desafío de rapear una instrumental más velozmente y con más golpes poniendo el contenido a la altura de ese beat. Más aún si recordamos que al sumarle la adrenalina del momento y la puesta en escena la respiración es un factor clave para poder modular limpia y correctamente.

Referentes en este sentido podemos encontrar en todos los países. En Uruguay, hoy en día con una escena en el principio de lo que seguramente será una gran explosión, la modulación de gente como Zeballos, Harry y Alexunder es clarísima. La dicción de los argentinos Acru, Dtoke, Wos y Papo son para resaltar, así como la que exhiben el peruano Litzen, el español Bnet, los mexicanos Yoiker y Lobo Estepario, los chilenos Metalingüística y Stigma, y tantos más.

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