¿POR QUÉ NOS GUSTAN TANTO LAS BATALLAS DE FREESTYLE?
Hace veinte años, para el habla hispana, las batallas no era más que cuatro amigos que se juntaban a soltar frases como modalidad de rap. No había seguimiento, ni público, no había competiciones. No había casi nada, y veinte años después, tenemos tanto…
Por: Chema Reinosa – @ChemaReinosa
El freestyle significa estilo libre, y no se refiere únicamente a la improvisación de las batallas, pese a que el término se escucha mucho en ellas. Freestyle representa libertad, expresividad, arte, y en esencia, aquello que nos coloca en una burbuja de bienestar mientras lo practicamos o atendemos a ello. ¿Pero, y las batallas, porque llegan a gustarnos tanto? ¿Por qué de una pequeña práctica, hemos conseguido entre tantos, que a día de hoy esto sea un movimiento que mueve miles de personas, y que existan profesionales de esta disciplina, con un salario profesional?
A muchas personas el simple acto de escuchar un poema les resulta placentero. El hecho de que nuestra cabeza reciba la información de frases con palabras que rimen, resulta satisfactorio. Esto posiblemente se deba a la armonía que esto desprende, junto con una riqueza y belleza lingüística que prácticamente a todos gusta.
No obstante, aunque las batallas tengan tintes de eso, son mucho más. Otra de las cosas que tanto atrae a la gente a este movimiento es, innegablemente, la ‘sangre’. El hecho de insultarse, que se saquen los colores entre los MC’s, o que se destapen y echen en cara cosas entre sí, crea en gran parte del público un morbo que, como humanos, disfrutamos. Y esto no es malo para nada, principalmente porque esta falsa ‘violencia’ verbal que se da sobre el escenario, es una simulación. Y es que cuando toda batalla termina, se puede apreciar el respeto y aprecio que los competidores muestran entre sí.
Probablemente, el hecho de que aspectos como los insultos o desprecios estén ‘prohibidos’ o mal vistos en la sociedad nos hace sentir también cierta atracción a lo inusual.
Y por supuesto, no hay que olvidar que las batallas también pueden ser música. Se pueden encontrar muchas en plataformas como Spotify, porque hay enfrentamientos que se disfrutan como canciones. Las bases para batallas son cada vez mejores, y escuchar simplemente una de ellas ya es una gozada para el oído. A esto se suman cosas como el flow o la entonación que el MC puede poner, ya sea en fusión con la base o por su propia cuenta. La musicalidad de muchas batallas son lo que las hacen destacar, uno siente el adictivo ritmo del rap y se deja llevar como si de una canción se tratase, porque, también son eso, canciones, solo que nacidas de la improvisación.
Innegablemente los motivos de porque nos gustan podrían ir sucediéndose uno tras otro, y no dejarían de aflorar más razones como pueden ser también la riqueza cultural que nos aportan o lo que se aprende de ellas, así como todo el show que las rodean o el trato cercano de los freestylers con la gente, las razones son inagotables.
Las batallas de freestyle gustan por muchas razones. Quien las critica, o nunca las ha visto y vivido, o no las ha dado una oportunidad de más de un minuto de atención. Nos gustan por el arte de la improvisación, por la competitividad que genera, o simplemente por la musicalidad que desprende. Se ha convertido en un entretenimiento como pueden ser el cine, el teatro o el deporte, y ahora ya forma parte de esas pequeñas cosas que nos hacen más felices.
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