¿FMS INTERNACIONAL 2021 ES UNO DE LOS MEJORES EVENTOS DE LA HISTORIA?

Luego de tres inolvidables fechas de FMS Internacional llega la hora de sacar conclusiones con la página del lunes alrededor de todo el computo del evento.

Por: Salvador Zabalet (@salva70re)

Después de tanto tiempo de espera, postergaciones y dificultades económicas y de salubridad, que se haya realizado un evento como el de la FMS Internacional de principio a final, en un solo tirón, con la enorme grilla que tuvo de participantes, aforos completos y toda la parafernalia que acompaña Urban Roosters, es imposible no pensar en la relevancia y la huella que ha de dejar la competencia a lo largo de los años.

Sin dudas que, bajo el acecho de una pandemia que parece no terminar, que se haya podido llevar a cabo toda la competencia sin mayores riegos en la salud de los implicados ni contagios entre los mismos durante su transcurso, ya determina un éxito organizativo. Por suerte, sabiamente se previó con la posibilidad de bajas ante estas circunstancias, por lo que se clasificó a un grupo de reservas, que no solo casi en su integridad pudo participar de las rondas clasificatorias, sino que además dejó un gran desempeño en cada uno de sus participantes independientemente de los resultados concretos. Demostrando así, la paridad y el gran nivel que alberga en cada una de las ligas.


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En relación a lo anterior, la vuelta del público de manera masiva, pero aún con limitaciones, sillas y espacios delimitados, fue la gran ilusión y motivación para el desempeño de los artistas. Había mucho interrogante por sobre cómo se iban a acoplar los freestylers nuevamente a este estímulo que siempre juega una carta fundamental, tanto para bien como para mal. Y allí es donde entra el factor localía o fanatismo siempre juzgado, pero que pese a algunas observaciones en las redes señalando el disminuido apoyo del público hacia quienes compitan con los españoles, todo giro en torno a las leyes de juego previsibles. Hoy día, como eternamente lo fue de mayor o menor manera, los espectadores tienen sus predilecciones y ante ellas es casi imposible escapar a la pasionalidad innata que despierta aquel improvisador que anhelamos que triunfe. Por supuesto que las partes afectadas tienden a quejarse de ello, tal como sucedió en torno a la batalla de Papo vs Rapder definiendo las clasificatorias por el grupo D, con aseveraciones que consignan a la grada como casi un sexto juez.

Esto conecta a hablar sobre los resultados polémicos, pero que pese a algunas réplicas que pudieron haberse extendido en varias batallas, no existieron estrepitosos veredictos que se llevasen el marco de lo mal denominado “tongo”. Las sensaciones y las percepciones en primera persona de un enfrentamiento divagan mucho en diferencia a lo que sucede a través de una pantalla, y teniendo en cuenta que, dependiendo las rondas, solo debía existir menos de 1,5 o 2 puntos de diferencia entre cada competidor para que se conceda una réplica, está claro que cualquier ínfima discrepancia en el criterio del jurado, ya sea otorgando un punto más en las casillas de flow, puesta en escena o skills, se podía sentenciar un enfrentamiento hacia un lado. De igual manera, es consensuado el hecho de que Gazir triunfó de forma inobjetable y de principio a final cada uno de sus contrapuntos. Por estos motivos se vuelve prácticamente irreprochable la labor de los jueces.

En ese sentido, de las decisiones y el formato, fue un gran acierto por parte de la organización fragmentar el torneo por días y limitar la forma y la cantidad de réplicas. De lo contrario, hubiera sido más propenso a alargarse innecesariamente el evento y por tanto, agotar tanto física como mentalmente a los MC’s, tal como afectó en la edición anterior de Perú, donde se rondó alrededor de las siete horas de espectáculo.

Una de las aristas para apenar en el global fue la gran “ausencia” en la gran final de parte del equipo peruano. Las razones que produjeron esto pudieron ser que el formato de las clasificatorias no los favoreció, limitando así el estilo de 100% freestyle o frescura que tratan de explayar y llevar como bandera los causas en cada una de sus batallas, dejando de lado formas más metódicas y probablemente regulares que les permitan rasgar mayor cantidad de puntos en la tabla. También es objetivo el hecho de que la liga peruana es la más prematura de las FMS, y eso pudo pesar cuando toca medir experiencias arriba del escenario.

Ya sea separando o teniendo en cuenta todos estos aspectos y consideraciones nombradas, íntegramente el show brindado fue de excelentísimo nivel. A diferencia de otros eventos, la expectativa generada por la enorme y gran grilla de nombres dispuesta estuvo eficiente y a la altura de las circunstancias. Pese a las dolorosas bajas de dos campeones actuales en sus respectivas ligas como Bnet y Stuart, y dos aclamados por la gente por sus formas, Ricto y Lobo Estepario, perduraron las estimaciones positivas, aún más teniendo en cuenta que, más allá de ciertos favoritos, cualquiera era capaz de dar el batacazo. Tal fue el caso de Tirpa, que llegando como “apenas” un reserva, logró derrocar a nada menos y nada menos que al Aczino, casi cumpliendo con el mito de terminar como campeón.

La presencialidad, el reencuentro y el afecto entre competidores, host’s, DJ’s, jueces, organizadores y público acrecentó las ganas de desplegar un gran papel por formidable de todas las partes, sumidos tanto en el éxito particular, como en el general.

Quizás algunos factores mermaron la comodidad y explosividad de algunos freestylers, ya sean los estímulos del incremental mode, que por fuera de casos puntuales como Gazir o Zasko, entre otros, que lo dominaron casi a la perfección, a medida que avanza aparenta ser más un limitante que una inspiración, más si en términos de coherencia e hilo conductor/argumental se habla. También sucedieron algunos inconvenientes con el encendido y apagado de las pantallas, que a la hora de improvisar, puede distraer al que se encuentra rapeando, pero sin dudas no fue nada que no se haya solucionado al fin y al cabo y haya pasado a mayores.

Tanto en sentido de producción, de batallones, y principalmente de regularidad a lo largo de él, es muy complicado no estimar valores positivos y plausibles del evento. Donde parecía que se estancaba un encuentro, repuntaba con una base o una icónica rima; donde parecía que había un claro favorito, se daba un golpe sobre la mesa. Por lo que en conclusión, se puede presumir y calcular en el balance entre términos de hype y lo ocurrido posteriormente, dependiendo de los gustos individuales claro está, que la Gran Final Internacional de FMS temporada 2020-2021 se posiciona como uno de los grandes eventos de la historia del freestyle hispanohablante.

 

 

Imagen de portada original de Urban Roosters
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