TODOS SALUDEN A LA REINA: QUEEN LATIFAH ES SINÓNIMO DE IRREVERENTE

Queen Latifah es voz, puño y letra de los grandes himnos que se lanzaron durante finales de los ochenta. “Just Another Day”, “U.N.I.T.Y” y “Ladies First” fueron la muestra cabal de su impronta: seguridad, fuerza, unidad y compromiso. Su exitosa carrera como actriz de Hollywood hizo que muchos no tuvieran ni la menor idea sobre su talento con las rimas, algo sorprendente dado a que su impronta trascendió sin límites a la comunidad hiphop. Repasamos sus discos y mensajes más importantes en esta nota.

Por: Franca Hernández (@FranHernandezN)

La voz de la rapera Dana Elaine Owens, a.k.a Queen Latifah, siempre tuvo la particularidad de despertar una ola de aplausos donde quiera que se la escuche. Desde ese primer momento donde la pequeña Dana tomó el micrófono bajo el disfraz de Dorothy, un personaje del musical “The Wiz”, e interpretó la canción “Home” para un acto escolar, la ovación nunca se detuvo. Y es que, en realidad, Latifah empezó siendo cantante y no una rapera, pero el hiphop era mucho más fuerte, mismo ella alguna vez dijo: “El rap alimenta mi alma, como el gospel, esa fue la pasión que me movió”.

New Jersey fue el barrio que la vio crecer, ahí es donde empezó a forjar su personalidad. Su madre, Rita Owens, fue quien le inculcó los valores que impulsaron su perseverancia y seguridad; sumado a su grupo de amigos, en su mayoría varones, que la presionaron para bien, esa actitud fuerte y ruda salió directamente de las canchas de basket. A finales de los ochenta, Latifah empieza a participar en las jams que se llevaban a cabo en el sótano del DJ Mark the 45 King. Ahí es donde conoce a sus primeros compañeros de carrera: el productor de cine Shakim Compere, con quien creó la compañía “Flavor Unit” para la producción de series y películas, y al productor discográfico Fab 5 Freddy, quien se encargó de hacer circular sus primeros demos.

Desde que Fat 5 Freddy escuchó a Dana en un tape grabado por The 45 King, supo que el destino de esa piba era que sus rimas estuvieran en vinilo, por eso envió ese fragmento en específico a la compañía discográfica Tommy Boy Records. Los ejecutivos aceptaron a la brevedad y pusieron en marcha el proyecto que llevaría a Latifah a la posteridad, el disco “All Hail The Queen” (1989). La sensibilidad impresa en el PVC no venía con un mensaje tibio o débil, pateó la puerta exigiendo respeto. “Ladies Firstfue una carta de desobediencia que la impuso como una reina, se plantó frente al público con una mirada afrocentrista y despotricó contra quienes ven una mujer y solo perciben inferioridad. Puso a bailar a la gente con “Dance for Me”; escribió sus reglas en “Latifah’s Law” -“No cruces la línea que dibuje”-; hizo magia junto al grupo De La Soul en “Mama Gave Birth to The Soul Children”; y marcó sus ideas junto KRS-One en “Evil That Men Do”, donde dice: “¿No crees que es una vergüenza? / Cuando una persona puede poner una moneda en un videojuego / pero cuando una persona que vive en la calle se les acerca / no pueden tratarlo de la misma manera”.

Ese disco marcó una etapa definitoria, dado a que su actitud e imagen promovió el orgullo afrocentrista, la independencia femenina, el sentido de comunidad, la fortaleza y la conciencia social en todos aquellos que obtuvieron ese vinilo. Algo que tiene influencia hasta hoy en día, artistas como Rhapsody supieron tomar todas las banderas del disco y doblegar la apuesta en sus canciones. Más adelante, en discos como “Nature of a Sista”, vemos a una Latifah que no deja su trono, se convierte en Nefertiti y exige la libertad e igualdad de condiciones en canciones como “Nuff’of the Ruff’ Stuff’” y en “One Mo’ Time” avanza contra quienes desprecian la manera que tiene el hiphop de expresarse, solo al final del disco se desarma por amor en “How Do I Love Thee”, porque toda mujer ruda tiene derecho a mostrar su lado más sensible sin perder un gramo de fuerza.

En 1993, Latifah escribe las letras del disco “Black Reign” impulsada por la bronca que se genera al ver tanta miseria y violencia junta. Un año antes, sucedieron los trágicos disturbios en Los Ángeles, cuando la ciudad entró en llamas luego de años de violencia institucional acumulada, sumado al caso del joven afroamericano Rodney King, quien fue brutalmente golpeado por la policía frente a las cámaras, tornándose en un hecho emblemático y detonante, algo parecido a lo que paso con el caso de George Floyd durante el 2020. Pero la furia no se redujo a los golpes que propició en cada barra, Latifah impulsaba un discurso de respeto con el otro, de unidad entre hermanos y hermanas, de hacer frente a la violencia desde la organización sin perder de vista quienes son los enemigos en esta historia. “Just Another Day” y “U.N.I.T.Y” se alzan como una promesa inquebrantable, y un testimonio de cómo se vivieron esos tiempos en barrios como el Bronx.

Su último disco exclusivamente de rap -y un poquito de R&B-, fue “Order in the Court” de 1998. “Orden en la corte” no fue un decir, en ese momento, Dana, como jueza superior del tribunal de asuntos esenciales del hiphop, sentía que el rap estaba perdiendo su rumbo mientras los bolsillos explotaban de dinero. Por eso llama la atención de quienes en la escena “se vendían” a la industria. Pero, obviamente, no solo se centró en eso. En temas como “Black on Black Love” habla sobre su comunidad soñada, donde no existen los robos o los asesinatos, donde los hombres respetan a las mujeres, donde la gente no muere de hambre; “Cada veinte minutos un niño muere de forma violenta / los padres están frustrados / pensando donde estuvieron mal / sabiendo que ese dinero fácil, no iba a durar mucho”, se lamenta entre barras.

Queen Latifah cambió radicalmente las reglas del juego, puso a la mujer como sinónimo de respeto indiscutido, que puede darse el lujo de ser vulgar y refinada a la vez, sin caer en un estereotipo que encasillara su trabajo. Dio a cuenta de la importancia que tiene el lugar desde donde uno se para hablar, y a quien se dirige. Proponer la paz para la comunidad antes de hacer cuarenta canciones sin sentimiento o mensaje, y no mostrar vergüenza de sus raíces, las abraza y a partir de eso se proclama reina. Fue el click que dio vuelta la escena, los discursos, con una actitud irreverente e himnos que el tiempo no logró censurar.

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