MC LYTE: EL ARTE DEL STORYTELLING

Lana Michele Moorer, mejor conocida como MC Lyte, siempre fue destacada dentro del mundo del Hip-Hop por sus discos, sus premios, por ser la primera emcee en ser nominada a un Grammy y además tener un single de oro; por sus honores, como el “I Am Hip Hop” de los BET Awards de 2013 por ser un icono de la cultura HH; y por su trabajo por fuera de la música, como con su fundación sin fines de lucro “Hip-Hop Sisters”, avocada a la promoción de la diversidad de mujeres en la industria. Pero la importancia de Lyte radica esencialmente en sus letras, en las historias que contaba, y cómo. Hora de hablar sobre la maestra del storytelling.

Por: Franca Hernández (@FranHernandezN)

No existe una fórmula mágica para escribir. Algunos pueden bajar la totalidad de una idea en diez segundos, otros eligen tomarse más tiempo para armar las estrofas, y hay quienes hacen collage con rimas que tenían guardadas para darles una forma estructurada. En el caso de MC Lyte todo se resumía a un cuaderno marrón: ahí escribía poemas, cuentos, historias de otras personas, anotaba rimas largas y cortas, pero no hacía nada particular con eso que tenía entre las páginas. Fue a partir de la aparición del grupo Salt-N-Pepa en la escena que Lana ve la posibilidad de darle forma a sus escritos: los poemas empiezan a ser canciones, muchas rimas cortas se hacen una rima larga y las historias empiezan a tener sentido con las bases.

Su primer acercamiento al rap como artista fue a través del grupo “Pure Elegance” a principios de los ochenta, en su ciudad natal: Brooklyn. Pero no fue algo fructífero, por eso decidió unirse con su primo DJ K Rock y para armar juntos su primer disco “Lyte As A Rock” en 1988. La canción “I Cram to Understand U” fue la primera demostración de que sus historias eran algo más que solo una anécdota. Escuchamos a Lyte hablando sobre relaciones amorosas con personas adictas al crack y cómo influye tanto en ella como en él, podemos escuchar sus problemas y podemos ver su trasfondo. En ese momento, esa historia pasó a ser la historia de muchos que vivían en esa situación.

“Compra arte, no cocaína”

La transparencia y crudeza de sus letras fue lo que mayor impacto tuvo en la escena, no solo traía la estética propia de las pibas de Brooklyn -corte asimétrico, baggy clothes y aros grandes de oro-, también ponía en vinilo sus vivencias y las de otros. Algo que se puede escuchar en temas más famosos como “Paper Thin”, o mismo en “Kickin’4 Brooklyn”, “I Am a Woman” o “Don’t Cry Big Girls”. Un año después de su primer disco, lanzó el álbum “Eyes On This” donde se permite volver a las historias de amores poco satisfactorios, y mismo entra en su faceta más sensual, pero sin entrar en estereotipos físicos. Eso le permitió más libertad a la hora de abordar sus discos por no tener que preocuparse de cómo la iban a ver, sino de cómo la iban a escuchar.

“Act Like You Know” (1991) es, por escándalo, el disco más importante de su carrera. Fue lo que terminó de asentar su lugar con los otros raperos. Sus rimas se vuelven más limpias, toman fuerza, y las bases empiezan a buscar otros sonidos. Aquí su tema más recordado por muchos sin dudas es “Poor Georgie”, acerca de un pibe denostado y enfermo por las malas decisiones que tomó en la vida. Lo mismo sucede en “Eyes Are The Soul” donde el crack vuelve a estar presente, pero en una historia más cruda donde un pibe mata a su madre para robarle dinero y comprar una pipa. El storytelling tuvo un gran lugar durante ese año, considerando que salieron discos como “2Pacalypse Now” de Tupac Shakur; “Apocalypse 91… The Enemy Strikes Black” de Public Enemy; “Nature of a Sista’” de Queen Latifah o “Death Certificate” de Ice Cube. Este modelo de narrativa toma fuerza entre los MC’s, y se asienta como arma principal de lucha.

Portada de su tercer LP, “Act Like You Know” de 1991

Durante 1991, también participa del “Yo! Unplugged Rap” de MTV, junto a De La Soul, LL Cool J y A Tribe Called Quest, con la canción “Cappucino” en una versión mucho más soul, y en 1992 se convierte en el acto de apertura del histórico show “Sisters in the name of Rap”, el primer concierto masivo de rap exclusivamente de mujeres. Cabe aclarar que Lyte entró en la escena caminando, no tuvo que disputar un puesto. Mismo ella aclara que fue fácil porque “Salt-N-Pepa había allanado el camino”. Su estilo original al resto y como se fue adaptando (tanto a nivel musical como estético) a la industria fue lo que posibilitó que su carrera musical siga hasta el día de hoy. Lo más cercano a disputar un puesto fue su beef con la rapera Antoniette que no pasó a mayores, mismo entre ellas llegaron a la conclusión de que siendo que había tan pocas mujeres en la escena -durante ese momento- no era constructivo seguir con la pelea.

MC Lyte junto a Antoinette

Entre 1993 y 1998 sacó un total de cinco discos más: “Ain’t No Other” en el ‘93, donde se destaca por canciones como “Ruffneck”, que fue su primer single de oro y que además supuso su primera nominación a los Grammys; tres años después sacó “Bad As I Wanna Be”, donde se escapa un poco del rap más emblemático para mimetizarse con el R&B y sacar featurings inolvidables como en la canción “Keep On Keepin On” junto a al grupo Xscape; “Badder Than B Fore” pasó por alto como un disco con los remixes de canciones anteriores; y “Seven&Seven” fue su declive por la cantidad de críticas negativas que recibió al respecto, además de malversaciones de las regalías por parte de la productora “East Coast Records”. Este punto de inflexión hace que Lyte deje la escena del rap durante varios años, dedicándose exclusivamente a la actuación.

Ya a principios de los 2000, solo saca el disco “Da Undaground Heat, Vol.1” desde un sello independiente. Si bien el disco no es muy conocido, logró obtener dos nominaciones a premios como el Grammy a “Mejor canción de rap” de la categoría femenina y el BET Awards como “Mejor Rapera”, todo gracias al tema “Ride With Me”, que fue el que más éxito tuvo. Su gran vuelta fue con el disco “Legend” que lanzó en 2015, donde muestra que no perdió ni un gramo de talento, al contrario: el flow está potenciado y las historias vienen a dejar en claro su trayectoria. Se puede hacer la prueba e ir directo a “40 Days” o “Last Time”, y escucharlo en carne propia.  El sonido es lo único atípico ya que está bien marcado por el año en el que salió: intros con música electrónica, voces multiplicadas, el pianito con violines de fondo de las canciones Pop, y tiempos marcados a la par de los trabajos de Nicki Minaj.

Tapa frontal de su álbum más reciente, “Legend” (2015)

Hoy en día, Lana está más focalizada en su etapa de empresaria y llevando adelante la fundación sin fines de lucro “Hip-Hop Sisters”, que promueve la diversidad de mujeres dentro del Hip-Hop y ayuda a potenciar sus proyectos musicales. A este punto, ya sería pecado hablar de storytelling sin una mínima mención a Lyte. Siempre fue esa amiga que te cuenta desde la bronca y confusión los problemas que ve, pero no puede arreglar. Esa frustración fue lo que se convirtió en letra, y las historias se volvieron espejos de la realidad de muchxs. A veces es bueno saber que las grandes carreras dentro del Hip-Hop salieron de un cuaderno marrón.

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