ERGO PRO: UNA NARRATIVA PUNZANTE
A través de su disco “Dogma”, Ergo Pro dejó una huella que en lo conceptual sigue a varias cabezas de ventaja de la amplia mayoría de la escena española.
Por: Flor Viva (@florviva)
Entre los principios que parieron al hip hop y a los que se les rinde culto desde el rap se encuentran cosas tan mutables y sólidas a la vez como la autenticidad, la lealtad a las propias palabras, el adherirse a los valores de los barrios. Y a pesar de esto, la maquinaria industrial que imprime (y por qué no, fotocopia) lanzamientos con la etiqueta “rap” se estremece y aleja cuando surgen artistas que realmente blanden estas consignas en las palabras y en las acciones. Sucede todo el tiempo: de manera mucho más marcada que en otros géneros pasa frecuentemente que muchos de los referentes de lo más troncal de la cultura hip hop suelen mantenerse al ras del underground, invisibilizados bajo la sombra de grandes y aparatosos lanzamientos de foráneos a la cultura que intentan replicar ritmos, rimas y hasta mensajes: productores, beatmakers, freestylers, raperos y raperas.
La música, como todo, como cada área de nuestras culturas, como todo lo tocado por el lenguaje, es un fuerte terreno de batalla. Hay siempre una disputa cultural presente, incluso cuando no se nombra. El rap ha sido históricamente un género musical donde esa disputa se ha vuelto explícita: por la fuerza, por asalto, se toma la palabra como arma para que la voz de los no escuchados retumbe por todas partes. Como una dimensión más de la guerrilla poética que recorre nuestras sociedades, con los primerísimos referentes y los más actuales el rap ha logrado alzarse como uno de los movimientos culturales que más influyentes han sido en la cruzada por darle voz a sectores diversos e invisibilizados. Para esto, uno de los trabajos naturales de la cultura hip hop fue siempre la revalorización y el rescate de narrativas silenciadas, así como la denuncia de las narrativas impuestas por mera conveniencia del status quo social y cultural.
El 2020 fue un año de increíbles lanzamientos y de un crecimiento cualitativo inmenso por parte del rap en español: desde Latinoamérica y España se desplegaron grandes cantidades de álbumes y EPs que irrumpieron en la escena demostrando el crecimiento del género y, más importante aún, la manera intempestiva en la que el rap se arraiga en cada territorio que pisa, algo que generó que las identidades locales (tanto individuales como colectivas) se vayan apropiando más aún del ritmo y la rima. Y cuando decimos “locales” hacemos referencia específica a las experiencias de vida de sectores que esta maquinaria industrial no tiene demasiado interés en representar a gran escala. Ni tuvo, ni tendrá.
El 2020 fue, en este contexto, el año de nacimiento de “Dogma”, el álbum coronación del rapero español Ergo Pro. Es sustancial la importancia de todo lo dicho anteriormente al prestar atención al contenido de este punzante álbum. Ya desde el arte de tapa, el álbum es una bofetada a tantas anclas culturales inculcadas todavía en la modernidad. “Cognitionis lux mundi” reza en una esquina en latín la ilustración del disco, “la luz del conocimiento del mundo” , inmediatamente al lado de símbolos tan cargados de significado entre los que se hallan una pantera negra, una hoja de cannabis, y, en el centro, un Jesucristo negro.
Este álbum de ocho canciones, que vio la luz en octubre de 2020, es hasta el momento la obra conceptual más completa y concreta de Ergo Pro. De todas maneras, el rapero hace rato viene haciéndose su camino en el rap español. Su talento como liricista sobrevuela el de los círculos de las élites españolas, y aquí es donde además de la habilidad casi barroca que se ve en lo que consideramos parte del peak del rap, también es preciso hacer hincapié en la cuestión del concepto, del mensaje, y de la autenticidad: tres pilares para analizar cualquier elemento y cualquier personalidad de relieve en la cultura. Con la especialización nata del rap en invertir lecturas, en llevar lo cotidiano a ser redescubierto de nuevas maneras, y en alzar las raíces sociales del movimiento, es casi un reflejo para cualquier fanático del género valorar los relatos de este disco, que iluminan historias (reales o ficcionales) de fuerte atadura a realidades existentes en todas partes.
La dimensión a la que nos invita este autorreferencial Bobby Nigeria a través de los tracks, atravesando problemáticas y temas de todo tipo durante su duración, tiene fuertes lazos a las temáticas usuales del rap clásico, en particular con ciertos segmentos que directamente transitan codo a codo con influencias de los ‘80 y ‘90 en Estados Unidos. Esto de la mano de una tremenda cantidad de referencias mitológicas que combinan a la legua con el concepto general de la obra: ecos de mitologías orientales y occidentales se escuchan vía referencias directas e indirectas a lo largo del álbum, y prestarle la atención merecida es un deleite. El contraste bien cocido entre todo esto y constantes shout-outs a referentes del hip hop y tópicos como la violencia policial, la negligencia, el racismo, y la pobreza, entre tantos más, está logrado de una manera bastante innovadora y que rompe con las más exitosas tendencias españolas de hoy en día, justamente algo a lo que hay que conceder el valor adicional que amerita. Especialmente por el éxito en el manejo de interrelaciones y sutilezas: ninguna referencia está desvinculada del argumento, ningún name-dropping vacío, de esos tan brutalmente construidos y tan escuchados en algunos ambientes virales.
Musicalmente, por fuera de la potente lírica de este artista y, en particular, de este álbum, “Dogma” está bañado en un mix interesante de golpes clásicos que claramente guardan relación con el boom bap con swag de la escena noventera del rap, más East Coast que mucho de lo que influencia al rap actual de España, y aún así guarda cierta modernidad interesante en algunos sonidos que han cobrado importancia en los últimos cinco años en el rap hispano e incluso anglo. La participación de artistas como Ozmut, Gese Da O, KRL, Oddliquor, Yeke Boy y Sabiobeats en este sentido aportó condimentos que, aunque levemente diversos, mantienen la columna vertebral del álbum, donde los beats no tapan el mensaje ni las rimas evitan las ganas de asentir la cabeza al ritmo de estos interesantes tracks.
Así, el madrileño Ergo Pro mantuvo su rumbo previo y lo acentuó de manera clara con sus últimos lanzamientos (como su reciente featuring con J. Dose y Easy-S) y con este álbum. Aún habiendo pasado algunos meses del nacimiento del álbum, sigue siendo importante recomendar, de boca en boca, de pluma en pluma, como tenemos acostumbrado en un género tan urbano y tan del respeto como este, un disco tan importante como “Dogma”. Tomando la posta de tradiciones no olvidadas del HH originario, el rap español gana muchísimo con este artista que claramente no se contenta con contentar, sino que rinde culto a la cultura en la que experimenta y a la que, ciertamente, pertenece.