CHUTY: EL EMPERADOR VUELVE EN EL WIZINK

Bicampeón nacional. Cuatro años después de reventar el panorama con sus exhibiciones en todas las rondas de la competición, el más grande ha reconquistado un trono que nunca perdió. Ni el año pasado en la final contra Skone. Ni en esta contra Force. Muy pocas veces se encuentra gente con tanto talento en una disciplina, y el freestyle tiene al madrileño. Pese a mantener alguna de las carencias que no le permitieron alzarse con el cinturón en la edición anterior, Chuty ha conseguido llevarse un título que ahora mismo le sabe a medio camino. Y es que su destino, es otro.

El futuro bicampeón debía hacer frente a un conocido problema. Chuty tenía la obligación de ganar, porqué se la puso el público, que sabe de lo que es capaz su cerebro. Lo sabe tanto la gente que todo el mundo espera un diez. Perfecto y redondo, sin ningún tipo de matiz, ni defecto que se pueda sacar a relucir. Espera una sorpresa que les llegó en 2013, pero que a día de hoy sigue sorprendiendo cada día. Sus batallas contra Blon y Force lo demuestran, y es más, lo poco cansado que se le ve en sus dos primeros enfrentamientos es prueba de como ahora Chuty sabe quien es. Y que su mayor rival no es él, ni nadie que se le ponga delante (es posible que Aczino si lo sea): su enemigo es el público.

Vegas no fue rival para el que iba a ganar. Una batalla más, pero importante: Chuty no se cansa. Se le nota con la lección aprendida: claro y fácil, no rápido. Quiere seguir adelante sin temor a quedarse sin fuerzas en la final, porque sabe que las va a necesitar. Por eso el cruce contra Errecé podría no haber sido solo un trámite, sino un grave problema, como ya lo fue en la primera jornada de la FMS. Pero no. Se le nota muy profesional encima del escenario, ganando a su rival por oposición, por humillación, por no hacerle sentir fuerte. Y es que al final eso es una batalla de gallos.

Un choque de trenes, en el cual debe demostrarse fuerza y contundencia para ganar. Un buen resumen de lo que pasó con Blon. Tras muchas visualizaciones, es posible que mereciera una réplica. Ni Blon es tan fuerte en la ronda a minutos, ni Chuty en patrones. Es una batalla a un nivel muy alto de los dos mejores freestylers del evento. Una batalla que podría haberse resuelto en una réplica, ya que le juega en contra al bicampeón en las redes. Pero aun así, su victoria no es descabellada. Es una de las grandezas de Chuty, incluso cuando sus rimas no son tan fuertes, su actitud le hace vencedor.

La exigencia y la crítica no tumban a Chuty. El bicampeonato ya es de Sergio.

Decía antes que su peor enemigo era el público. Pues bien, el mejor amigo de su rival en la última batalla es justamente ese. Una audiencia muy joven acostumbrada a ver espectáculos, a ver raperos de gran nivel, una audiencia que cree que casi lógico lo que hace Chuty. Y la mayoría de veces no lo es. Vamos a ver, en la final Force se salta hasta tres veces la base y el contenido es muy, muy general. Pero al de Madrid le duele. No por su fuerza, sino por el contexto. El público no está en su contra pero le cuesta arrancarle un grito, desmintiendo lo que decía él mismo en su entrevista para El Estilo Libre: “No creo que por ya haber ganado una Nacional tenga que demostrar más que los demás”. El público lo creía. Por suerte, el jurado no.

Chuty es un gallo que ha demostrado muchas veces que le importa la opinión de su público. Uno que, ciertamente, le es muy cercano y le intenta apoyar siempre, por eso estuvo en la Internacional de Perú. Pero, ¿dónde está ese público en las nacionales? No aparece. No se le nota. Chuty en el WiZink parecía estar batallando solo contra un público hambriento de algo nuevo que subir a Twitter o Instagram. Y era hasta triste. Y lo peor de todo es que el que tiene menos culpa es Force, y el que más recibirá, junto a Chuty, por redes es él.

Es claramente el campeón. Ninguno de los 15 restantes es mejor que él, o al menos no lo demostró el sábado. Y sobretodo, nadie le ganó. Decía que estaba a medio camino por esa obligación a ganar, porqué la gente le veía en la Internacional. Pese a verle, el sábado el héroe parecía un villano. La frase que colgó en redes no define sólo la final. Define su vuelta al rap desde su choque contra Aczino en la Beatground. Define muchos de los problemas en el free. “Es como el Mayweather McGregor en este día, el talento se impone a lo que quiere la mayoría“.

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