RIVAL A RIVAL: ASÍ FUE EL CAMINO DE WOS AL CAMPEONATO INTERNACIONAL

Tuvo que esperar un año para que la revancha viniera a su casa y no lo desaprovechó. Wos partía de su condición de local -y de favorito- y se alzó campeón internacional de Red Bull en Buenos Aires. Analizamos cómo fueron sus batallas y qué hizo para tumbar a cada uno de sus rivales hasta llevarse el cinturón

Por: @davidtimon_

3 de diciembre de 2017. Arena México de CDMX. La última, y probablemente más potente, aparición del free argentino estaba a punto de, en solo un año, consagrarse como una leyenda viva de las batallas de gallos. En el escenario más prestigioso que existe, frente al favorito, una de las figuras más importantes de todos los tiempos, en su propia casa. Era el guión perfecto de un sueño que estaba a escasos minutos de ser una realidad. Pero no ocurrió. El destino quiso que aquella noche fuera Aczino y no Wos quien ocupara el trono de campeón internacional de Red Bull. Ese mismo destino que, esta vez sí, quiso poner el broche a ese sueño que Wos rozó con la punta de sus dedos hace exactamente un año.

Era su noche (más bien su tarde) y era su momento. Esta vez no lo dejaría escapar. Con la experiencia de 2017, de la que aprendió lo que significaba el dolor de la derrota y la amargura del segundo puesto, unido a la trayectoria de todo un año compitiendo por todo el mundo, Wos cumplió los pronósticos. Empezando por Rapder, siguiendo con Letra, en cuartos, Valles-T, en semis y cerrando el evento agenciándose la victoria en la revancha de las revanchas (nunca antes dos MC’s habían repetido su participación en una final internacional, menos aun de manera consecutiva) frente a Aczino, Wos acabó con todos lo que se interpusieron en su camino hacia la gloria. Analizamos, una a una, las rondas que tuvo que superar Wos hasta coronarse campeón en el Club Hípico de Buenos Aires.

2017: el prólogo

Comenzando por los octavos de final, ante Rapder, los batalleros tendrían que improvisar con una palabra, que iría cambiando cada 15 segundos en ambos turnos. Arrancó Wos, con los conceptos “puño”, “vacío”, “tren” y “playa”. El local completó un minuto correcto, sin alardes técnicos ni musicales, en el que tampoco consiguió lanzar ninguna rima hiriente a su rival, aunque si que tuvo tiempo para cerrar su minuto advirtiendo de cual sería su objetivo y a quién tendría que batir para lograrlo, reclamando al “otro” mexicano que se dio cita en Argentina. Volviendo al turno de Rapder, su primer minuto fue mucho más contundente. Más completo en todos los campos. Rapeando con las temáticas “frío”, “escultura”, “conejo” y “miseria” consiguió fluir mejor, mostrar diferentes estilos de rapeo, rellenar de técnicas sus patrones e incluso soltar alguna respuesta. Empezaba a complicarse la campaña para el local y eso que la tarde solo acaba de empezar.

Pero qué puedes hacer cuando tienes la suerte de tu lado sino aprovecharlo, debió preguntarse Wos cuando vio que la batalla había vuelto a su terreno como por arte de magia y en su mano estaba el pase a cuartos. ¿Por qué? Porque en su segundo minuto a Rapder le ocurrió todo lo contrario. A pesar de iniciar la ronda con una notable ventaja, 60 segundos después el campeón de México estaría prácticamente eliminado. Misionero cantó mal la entrada y Rapder se acopló a destiempo a una base que Atenea -a los platos- no corrigió. El resultado no fue otro que un minuto  totalmente desacompasado y sin coherencia rítmica, que desvirtuó las frases del mexicano, a pesar de la fuerza de algunas de ellas (“es mejor que me trates bien a mí, que tengo el mundo en las manos y muchas ganas de aplaudir”, con la palabra “planeta”, por ejemplo).

Wos, ante Rapder

Así, Wos sí pudo entrar bien a la base y completar un minuto estándar en el que le bastó con mantener cierta fidelidad a la instrumental y jugar con pareados y punchs usando cada una de sus palabras para anotarse una extraña victoria, gracias al voto unánime del jurado. La primera de las que cimentarían una noche de ensueño. Pasando a cuartos de final, Wos tendría que hacer frente a Letra, una de las grandes revelaciones de la ronda anterior. Rapeando con 3 imágenes, Wos mantuvo la línea de lo expuesto anteriormente. No brilló pero tampoco se derrumbó. Punch por patrón usando las temáticas. Sin espectacularidades ni brillanteces, poco a poco y como un obrero de la rima. El venezolano, a pesar de su asombrosa presentación en octavos, tampoco se lució en exceso, algo desacorde al beat y “hablando” las barras, en ocasiones muy sobrecargadas, más que rapeándolas. Le costó tirar sangre y dañar a Wos, que pasó de ronda sin excesivas complicaciones, en base a su consistencia y a alguna rima que despertó el fervor del público.

Wos, ante Letra

Las semifinales, ante Valles-T, empezarían con un 4×4 acapella con objetos que ambos irían sacando de sendos cajones. Algo escasa de ritmo, pues Wos se entretuvo en exceso en cada intervención, el colombiano dejó mejores sensaciones y una de las mejores rimas de la noche (“Mire lo que sacamos, hermano. Él no es Ronaldo pero mejor batallaba el Cristiano”, con unas botas de fútbol en la mano). Desde ahí, a Valles-T le pudo el ambiente: Misionero le desconcentró en cierta medida cuando se asomó al baúl de Wos y en el 4×4 final a sangre, el público se volcó con Wos, que se plantó en la final.

Wos, ante Valles-t

Pasando a la eliminatoria decisiva, junto a él se plantó, quién si no, el de siempre: Aczino. Instantes antes de que comenzara la primera ronda, el Club Hípico se caía al son de “dale, Wos”. La localía era un factor a tener en cuenta y él lo supo aprovechar. En el primer minuto, cada uno dispondría de 60 segundos para argumentar, a modo de mitín político (Red Bull dispuso un atril para cada uno a modo de campaña) por qué debería ser el próximo campeón. Empezó Wos, agarrándose a su propia historia, a rimas reales, soltadas con coherencia y que buscaron representar al público argentino. Y le siguió Mau. Con su corriente coherencia, su flow, su estilo y su ingenio, unió el tema con el acting y se aprovechó de la vertiente política para responder, defender su candidatura y atacar sin piedad a su rival, todo mezclado con una naturalidad solo digna de los mejores. 

Wos, ante Aczino

El público seguía coreando el nombre de Wos y terminó por ser determinante en la final. Imitando la fórmula de España, cada uno rapearía las dos primeras barras y el rival tendría que terminar el patrón con la misma terminación. Wos empezaba y en cada una de sus intervenciones respondió y atacó. Paró la batalla, restó entradas y le sacó anímicamente de la batalla. Mau llegó al 4×4 final con la sensación de que no había opciones para él. Wos mantuvo la agresividad y el público siguió parando la batalla, a pesar de los esfuerzos de Aczino, que acabó la batalla por todo lo alto y sembró la duda de la réplica

Pero la realidad fue que los votos del jurado dieron a Wos ganador en una noche en la que no terminó de brillar y de la que se podría decir que no sirvió para ver su mejor nivel, pero sí para reconocer su madurez en el transcurso y la lectura de las batallas, haciendo lo que reclama cada momento para, este año sí, ganar y firmar con su nombre en el altar de las leyendas del freestyle internacional.

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