FREESTYLE Y STREAMING: DISCIPLINAS LIGADAS
En el último tiempo muchos referentes del circuito de las batallas empezaron a incursionar como generadores de contenidos audiovisuales en diversas plataformas, principalmente en aquellas que se sustentan mediante las transmisiones en vivo. Teniendo en cuenta la popularidad que ya tienen, en la mayoría de los casos, han podido asentar inmediatamente una gran base de seguidores y espectadores, que ahora pueden disfrutar de nuevas facetas de ellos.
Por: Martín Marinkovich (@TinchoMk1)
Años atrás, freestylers -principalmente de España- habían comenzado a incursionar en YouTube creando videos relacionados al ámbito en el que se desempeñan activamente. En ellos, figuras como Force, Kapo y FJ, realizaban reacciones y análisis sobre competiciones o colegas puntuales, además de brindar información acerca de la actualidad del panorama. Como pioneros, poco a poco fueron fomentando esa corriente para que más gente ligada al freestyle se fuera sumando a ese submundo, formando (junto a nativos de la plataforma) un bloque fuerte que abordó la temática del rap improvisado.
Posteriormente, más cerca de la actualidad, empezaron a sufrir las políticas con las que Google administra su servicio de almacenamiento y publicación de videos. Cuestiones como el copyright y la monetización de sus contenidos, fueron motivos para considerar la posibilidad de migrar y adoptar otra modalidad productiva. Twitch solucionaba aquellas cuestiones, pero se deberían adaptar al formato en directo del streaming, y tratar de trasladar a sus seguidores hacia el nuevo destino.
Ya dados los primeros pasos en esta nueva modalidad, llegó la pandemia y las cuarentenas en todo el mundo. Esta situación fue de beneficio para la plataforma de Amazon, que vio incrementados sus usuarios en gran cantidad. Y no solo eran estos quienes empezaron a disponer de más tiempo, sino que otros batalleros y figuras del ambiente que no habían incursionado aún en la creación de contenido, se convirtieron en ‘streamers’. En Argentina fue donde más se evidenció el cruce entre las disciplinas, ya que referentes de ambas escenas venían entrelazando sus caminos. Dtoke, Papo, Misionero, Lit Killah, Zaina o Mecha, son algunos de los que -hoy en día- trasmiten activamente en Twitch.
Se pueden notar ciertas similitudes entre el freestyle y el streaming, principalmente por el hecho de que ambas se desarrollan durante el rigor del vivo. Gestando un álter ego o mostrándose transparentes, todo aquello que expresen será irreversible y generará una impresión en el consumidor. También gozan de libertad de acción (lógicamente dentro de un marco legal y ético), dónde ellos eligen qué contenido producir, trazando un paralelismo con el freestyle libre o “a sangre”. Por otro lado, así como en el circuito de batallas se compilan las mejores actuaciones de los distintos MC’s, en el ámbito del streaming existen los “clips” de los momentos más destacados de los directos.
La mayor diferencia se evidencia entre la técnica y el carisma. La práctica y la habilidad pueden hacer que uno prevalezca como batallador, sin la necesidad de recurrir a la simpatía para con el seguidor de la disciplina. Sin embargo, lo más importante al momento de ponerse frente a la cámara y encender la transmisión, es la capacidad para llegar al consumidor de streams, entretenerlos y empatizar con ellos.
Con el pasar del tiempo, y la vuelta a la “normalidad”, se podrá ir identificando quiénes se adaptaron mejor a la nueva actividad. Aquellos que más lo disfruten, o vean como una alternativa o suplemento en cuanto a sus ingresos monetarios, seguramente permanezcan generando contenido como streamers a la vez que vuelven a la competición. Otros priorizarán los proyectos que se vieron aplazados por la pandemia, enfocándose en las ocupaciones que desarrollaban anteriormente.