SIN PÚBLICO DESDE EL ROL DE HOST: LUDMILA
La tercera edición de The F****** King fue especial ya que se realizó a puertas cerradas debido al Coronavirus y Ludmila fue una de las hosts encargadas de llevar las riendas del evento.
Por: @natanielpeirano
La actividad de las batallas cayó al nivel de actividad nula por las medidas sanitarias que tomaron los distintos países para contener la expansión de la pandemia al resto de la población. Muchas organizaciones decidiendo aplazar sus fechas o incluso llegaron a cancelarlas. The F****** King tomó la decisión de cancelar dos de sus tres eventos en el segundo fin de semana de marzo y realizar uno solo en Córdoba sin público, pero con la posibilidad de observar el desarrollo de la noche vía streaming. Las batallas no se presentaron solas, sino que contó con la ayuda de Ludmila y Rott Mailer, dos presentadores argentinos, en reemplazo de Cayu, quién decidió quedarse en Chile. Ludmila conversó con El Estilo Libre y contó cómo fue la experiencia.
– ¿Cómo fue la planificación de la jornada?
– Tratamos de planearlo como si fuese un programa de televisión, pero la realidad es que una competencia de freestyle no es lo mismo. La idea era interactuar con la gente a través de la cámara, que nos estaba viendo por el streaming. El resto de la preparación previa fue normal. Preparamos cronogramas y un speech, lo que se hace siempre antes de salir.
– ¿Afectó la falta de público?
– Fue muy extraño. El factor sorpresivo de la competencia fue que no haya nadie. No nos repercutió tanto a los hosts sino a los competidores, que son los que mas dependen del aliento y necesitan la motivación de la gente sumado al factor adrenalina que significa rapear en un escenario. A pesar de eso, los vi a todos muy cómodos. Por ejemplo, Cacha, que tiene un estilo que se basa en la interacción con el espectador, pudo probar cosas nuevas y una fue no contar con el apoyo de ninguna persona.
– ¿Cómo te resultó siendo host?
– Una experiencia larga y difícil. Obviamente hubo muchos espacios vacíos que son los que ocupa la gente y nos tuvimos que ocupar de rellenarlos. De mi parte fue tratar de regular la energía que hay que poner en el escenario y entender el nivel que necesitaba. No tuve la necesidad de forzar la voz para acompañar un punchline porque no había que sobrepasar el grito del público ni del freestyler para motivarlos a más. Otro factor que tuve en cuenta es que en el streaming mi grito se iba a pisar con los patrones de los participantes y no se iba a escuchar. Al estar solo con ellos entendí que había que darles el espacio. La gente los iba a querer escuchar. Obviando eso, nosotros nos desenvolvimos como siempre.
– ¿Cómo fue el evento en general?
– Resultó un poco largo y denso. Algunos participantes estaban cansados porque habían dormido mal y capaz contar con el grito de la gente hubiese ayudado a que se motiven y salgan al escenario con más ganas. Se notó el decaimiento en ellos. A pesar de eso, fue una jornada agradable para todos.