CUARENTENA: ¿EL RECESO OBLIGATORIO QUE NECESITABA EL FREESTYLE?
Las batallas tuvieron una pausa de aproximadamente 4 meses debido a la coyuntura mundial atravesada este 2020. ¿De qué nos sirvió esta pausa y que le depara al panorama en un futuro medio?
Con el paso de los años el crecimiento de la escena se hacía cada vez más evidente. El público se diversificó a tal punto de incluso gente que no es fanática ni seguidora de las batallas de freestyle tenía conocimientos básicos de este, las reducidas competencias de plaza tenían cada vez más convocatoria, pasó de haber una competencia por cada día de la semana a el mismo día haber de 2 a 3 plazas activas siempre. Cada vez hay más gente que quiere ser freestyler, cada vez hay más gente que solo se une por diversión, cada vez hay más gente interesada de lo que pasa en el panorama.
Este 2020 trajo consigo un inesperado fenómeno que obligó a todos a hacer una pausa
en todos los ámbitos. El crecimiento de una disciplina trae consigo una serie de consecuencias que varían entre buenas y perjudiciales, de las cuales ni competidores, ni jurados, ni organizadores, ni el público puede escapar. Este receso nos ha traído cosas positivas y la posibilidad de reflexionar en todo lo que se hizo y empezar a construir a partir de ello, y también la responsabilidad de mejorar en los siguientes aspectos:
La saturación de eventos
Cada vez ha sido más fácil autoproclamarse organizador de alguna competencia, en su
versión más simple solo se necesitaba un parlante, tres jurados y listo, ya podías promocionar tu flyer en redes sociales y hacer una convocatoria abierta para que vengan
competidores. Si a este escenario le sumamos gente con capacidad de inversión incluso las competencias internacionales se volvieron algo peligrosamente común en la escena. La coordinación es clave en este aspecto, atropellarse entre eventos solo entorpece el desarrollo de estos y no toma en cuenta el factor público que muchas veces tiene que pagar una entrada para asistir. Incluso mirando a competencias grandes como God Level en donde se iba a hacer una edición mundial de cinco fechas a pocos meses de haber tenido dos mundiales de seguido prácticamente, en la que se iba a volver a repetir sedes. Esto no crea ventajas competitivas, sino que sigue cargando a los competidores, ya que es a la misma hora, el mismo lugar, el mismo formato una vez más.
Los debates en redes sociales y el rol de los comunicadores
Las redes sociales han sido protagonistas en las batallas desde sus inicios, la plataforma en la que son subidas mayormente las batallas son en YouTube, la comunidad se reparte den redes como Twitter, Facebook, Instagram hasta Twitch, en la que cada vez existen más páginas y más creadores de contenido acerca de este tópico.
Los debates fomentados han generado muchas veces polémica, ya sea entre competidores o fanáticos. El rol fundamental del público en una batalla los ha hecho sentir partícipes de las decisiones tomadas por el jurado, por lo que es natural que se genere debate, pero la forma de fomentarle ha ido en distintas direcciones, llevando a algunos freestylers a quejarse del caldeante ambiente de las redes. Este tiempo de pausa ha de servir para que la comunidad comparta lo poco que tendrá y crezca con el formato actual, el cual es limitado, pero ha demostrado ser fiable.
El trabajo de Urban Roosters para llevar a cabo la FMS siguiendo todos los protocolos de sanidad ha ayudado a reencontrarnos con las batallas de freestyle, donde el público se encuentra en casa, pero disfruta del buen ambiente que se genera. Visto esto, el día que vuelva el público es nuestra responsabilidad mantener eso intacto y que esto se transporte a todas las zonas de debate. Esta pausa le ha dado descanso a los competidores que salían semana a semana o que iban de avión en avión, han tenido un tiempo para revitalizar energías y a los fanáticos un respiro para añorar los mejores rendimientos de sus MC´s favoritos y esperar su regreso con ansias.