CONTENIDO EXPLÍCITO: ¿EL RAP COMO EVIDENCIA?
La Corte del estado de Maryland decidió incluir una letra de rap como parte de la evidencia para acusar definitivamente a Lawrence Montague por el asesinato de George Forrester en enero del 2017, sentando un precedente. ¿Qué es real y qué no en las canciones de los raperos?
Por: Elías Delsavio (@eliasdelsavio)
En los últimos días se dio a conocer que el Tribunal de Maryland, en los Estados Unidos, dictaminó que las letras de rap pueden ser admitidas en la corte como evidencia para determinar la culpabilidad de un posible acusado. El caso que sienta este precedente corresponde al asesinato de George Forrester, ocurrido en enero del año 2017, tras recibir un disparo por parte de un traficante de drogas, luego que intentara comprar con un billete falso.
Lawrence Montague, identificado por un testigo como el tirador, habría utilizado un teléfono para grabar desde la cárcel lo siguiente: “I’ll be playin’ the block b**ch (estaré jugando en la cuadra, perra)/ And if you ever play with me I’ll give you a dream (y si juegas conmigo te daré un sueño) / a couple shots snitch (un par de tiros, soplón) / It’s like hockey pucks the way I dish out this (es como los discos de hockey cómo los reparto) / It’s a .40 when that b***h goin’ hit up s**t (es una .40 cuando a esa perra los vaya a golpear).” Esta letra, donde claramente existe el mensaje de dispararle a alguien, fue utilizado como evidencia para poder sentenciar de forma definitiva al rapero con 50 años por el delito de homicidio en segundo grado.
De esta manera se sentó un precedente respecto a la utilización de las letras en el rap y lo que pueden llegar a ser las consecuencias, con lo cual es preciso analizar ciertos puntos. Pese al surgimiento del hip hop en la década de 1970, el primer antecedente de gangsta rap, es decir, el rap “pandillero“, se dio hasta 1987, cuando Ice-T apareció en la escena con el primer álbum rotulado con “contenido explícito”. Dicho disco, Rhyme Pays, contaba con la canción “6 ‘n the mornin’“, cuya letra describe en parte situaciones de armas y enfrentamientos con la policía. Este era el comienzo de un subgénero dentro del rap que llegaba para quedarse.
¿Cuánto hay de cierto y cuánto es simplemente ficción? El arte -y la música- es una forma de expresión que, en gran parte, es utilizada para gritar en distintas formas lo que se tiene en mente pero no siempre conlleva un acto como consecuencia. N.W.A., icónica banda de los ’80 reconocido como “el grupo más peligroso del mundo”, conformado por miembros históricos como Dr. Dre, Ice Cube, Eazy-E, entre otros, llevaron lo explícito de sus letras a otro nivel, con canciones como “Straight Outta Compton” o “Gangsta Gangsta“, en las cuales dejaban en claro el contexto en el que se desarrollaban y que no eran un modelo a seguir. Y, claro, quizás la más significativa: “F*** Tha Police”. El track que hace clara referencia al enfrentamiento con la policía fue un antes y un después en la historia del rap y provocó censura y problemas mayores para los miembros de la banda.
Con el advenimiento de la parte más dura del rap, aparecieron los enfrentamientos y, con ellos, los denominados diss tracks, aquellas canciones que se dedicaban, mediante la lírica entre raperos que tenían algún problema entre ellos, algo que justamente pasó entre los miembros de N.W.A. y Ice Cube, cuando el rapper de Compton se separó. Además, el mismo O’Shea Jackson tuvo sus entredichos con B-Real, integrante de Cypress Hill.
Sin embargo, el gran enfrentamiento lirical que se recuerda es el de 2Pac y Notorious B.I.G. Ambos históricos raperos que fueron parte de la gloriosa década de 1990 para el hip hop, tuvieron su cruce con canciones como “Who Shot Ya?” (referida a aquel tiroteo que terminó con 2Pac baleado en un estudio de grabación, en 1994) y la respuesta “Hit ‘Em Up”, en donde se tiraban con municiones pesadas de forma verbal. Sin embargo, no quedaría solo en eso. Primero Pac en 1996 y luego Biggie en 1997 fueron asesinados y, si bien no está esclarecido el tema acerca de quiénes fueron los autores del hecho, puede relacionarse claramente a la disputa entre ambos representantes de la Costa Este y Oeste. ¿Es este un caso en el que las letras de rap pueden utilizarse como “evidencia”? Quizás para muchos sea el caso más parecido a lo que sucedió en estos días por el fin que tuvo la historia, aunque no deja de ser solo una expresión artística.
Mensajes como los de “F*** The Police”, “Hit ‘Em Up”, o mismo el caso de “Kim“, de Eminem, en donde se escucha una clara muestra de violencia de género del MC de Detroit para con su ex-esposa, son casos emblemáticos de letras que, a oídos de muchos, resultarían muy fuertes y provocarían cierta dicotomía respecto hasta qué punto eso debería o no salir a la luz. Sin embargo, encontrar una conexión entre una forma de expresión y un delito, no deja de ser algo, al menos, un tanto insuficiente como para poner determinar la culpabilidad de alguien.
Además, ¿por qué el rap? Hay que entender que el rap sigue siendo, para muchos, esa música que demuestra violencia por parte de los marginados y en ocasiones sigue habiendo un componente racial por parte de los que no están interiorizados. El movimiento del hip hop muchas veces estuvo injustamente relacionado con el vandalismo y el crimen por los tantos exponentes que tuvieron un trágico final, sin tener en cuenta los valores positivos que esta cultura ha traído consigo desde sus inicios.
Lo cierto es que es necesario tener en cuenta que la literalidad a la hora de analizar el contenido de los raperos es un punto que puede jugar en contra. Son muchos los casos en los que la violencia dice presente en las voces de los distintos rappers pero, como toda expresión artística, es solo una cuestión de dejar en claro un mensaje y no todo es tan real como puede sonar. ¿Este precedente podría ser el principio del fin de un cierto tipo de contenido o solo afectará a determinados actores según la conveniencia? Seguramente, a pesar de lo sucedido, el rap seguirá expresando cada vez con más fuerzas lo que tienen para decir porque, al fin y al cabo, las palabras no le han disparado a nadie.