ESTÍMULO Y DESAFÍO: ¿CÓMO IMPULSAR LA IMPROVISACIÓN?
Los eventos apuestan cada vez más por innovaciones en sus formatos para aportar al freestyle de sus competidores. ¿Tiene que primar la exigencia o el impulso creativo?
Por Flor Viva (@florviva)
Una de las características más requeridas en un campeón en cualquier competencia de freestyle es, por supuesto, que pueda demostrar dentro de sus mismos versos que lo que está haciendo es improvisar. Esto puede hacerse de múltiples maneras: las principales, las originales, son desde siempre la reacción a estímulos del momento y la respuesta a lo que el rival lance. Por estos motivos es que cuando vemos dos oponentes que no se conocen, no se han cruzado en ningún momento y carecen de información sobre el otro, lo más común es que quien comience la batalla hable de sí mismo o rasguñe datos sobre el oponente de elementos contextuales al enfrentamiento: vestimenta, público, evento, barrio, etc. En las plazas del mundo hemos visto y vemos siempre la relevancia que le dan los jurados y la audiencia a la respuesta inmediata, más aún cuando es entregada con cierta habilidad. Es algo que se da por sentado pero que a la vez está siendo permanentemente evaluado.
En eventos más masivos, y más que nada los de alto calibre, se le exige a los competidores, de los cuales se asume cierto nivel competitivo, que prueben su improvisación mediante herramientas que pueden ser extremadamente efectivas. Lo cierto es que más allá de que existan MC’s que reciben de mejor manera la estimulación externa y que por ende expulsan a partir de ella excelentes patrones y minutos, la manera en la cual se estimula a los freestylers es crucial. Se han probado muchísimas maneras de hacerlo, algunas dejando resultados brillantes y otras que no han tenido demasiado éxito.
Para ejemplificar algunas podemos mencionar los rounds con objetos o quizás la clásica ronda de palabras cada 15 o 10 segundos, que adopta diferentes nombres en diferentes torneos y que ha tenido variados referentes que nos han dejado momentos de una admirable rapidez. Una velocidad no solo para incluir las palabras que se les aportan desde una pantalla, sino también para probar su capacidad para generar ideas y conceptos con un principio y un final claro y desarrollarlos de una manera efectiva.
Papo, Chuty y Bnet con sus Easy Modes nos han dado algunos de los mejores comienzos de batalla de las 5 Freestyle Master Series, así como podemos recordar la sorpresa y la frescura que fue oír a Letra en octavos de final de la Red Bull Internacional 2018, o los frecuentes episodios en los que Dtoke acerca estímulos del momento a la realidad argumental del debate. En la Red Bull Internacional 2019 la batalla entre Trueno y Aczino nos dejó una excelente utilización de los 3 emojis por parte de ambos, y en la Red Bull Argentina 2019 el choque en cuartos de final entre Wolf y Tuqu exhibió precisamente cómo los estímulos pueden llevar a rounds que fluyan naturalmente y que potencien la picardía y los dobles sentidos de raperos que hubiesen tenido mucho que decirse incluso sin las imágenes presentadas.
Quizás la mayor destreza demostrada en este tipo de formatos tiene que ver con este hilado de conceptos en lo que es una unificación sólida del minuto rapeado: no parece que cada estímulo correspondiese a determinado patrón, sino que fluye naturalmente en cuanto a coherencia y cohesión. Ahora bien, ¿es esto algo que las competencias pueden incentivar proactivamente? Por supuesto. El trabajo de la producción detrás de esto no es sencillamente pensar palabras sueltas de manera aleatoria. Más niveles de significado tiene un estímulo, más puertas le estamos ofreciendo al MC para abrir. Quedará en él o ella demostrar que tiene la llave para hacerlo y que puede mediante su uso atacar al rival, mantener un hilo argumental coherente y lucir sus habilidades sobre la tarima.
Y con esto pisamos el terreno de cómo pensar esas herramientas. Cualquier significante (sea una palabra, una imagen, un emoji) que sea elegido como estímulo debería poder justificarse de alguna manera. Deberían ser elementos que cubran dos puntos fundamentales. El primero tiene que ver con no encerrar al freestyler en una encrucijada por su nivel de especificidad. Temáticas muy puntuales que no pertenecen a la cultura general más amplia suelen trabar a los competidores; personajes no tan visitados por el ojo público de la actualidad, conceptos que pertenecen más a una generación que a otra, rivalidades entre ideas que no tienen una clara contraposición. Por otro lado, sucede lo mismo en el sentido inverso: hay estímulos que por ser quizás más planos suelen llevar a los competidores a lugares comunes, a pisar donde ya se pisó o a no potenciar su creatividad.
Además, estos estímulos deben ser fáciles de captar por el ojo de manera rápida. No podemos exigirle a un competidor que está en el pleno de la improvisación, con su cuerpo y mente respondiendo a los nervios, el beat, el timing, el rival, la audiencia y tantos otros factores que encima de todo eso tenga que leer dos o tres renglones cuando el marcador empieza a contarle el tiempo, o que tenga que extraer objetos de una bolsa donde no están a fácil alcance. Un punto de vista con respecto a esto aportó el rapero y productor Muphasa en su canal de Twitch a partir del flamante y polémico Random Mode en FMS, y su comentario fue compartido y discutido en las redes sociales: “Vos tenés que fomentar la imaginación, no ponerlo al chabón en un aprieto creativo.”
Los estímulos son esa sutil chispa que enciende un concepto a ser desarrollado por los MC’s, no debe ser nunca una traba para la creatividad. Para probar que se improvisa lo ideal es potenciar a los freestylers, no acorralarlos. La producción de estos estímulos debería ser algo a lo que se le preste extrema atención en todas las competencias, con consignas que no cierren sino que abran las mentes a más caminos y posibilidades creativas, más sentidos para descubrir y abarcar, más diversidad en los perfiles, generando en todos los casos que la improvisación pueda darse a partir de a dónde el cerebro de cada MC decida llevarlo y usando a esos estímulos como impulso.