YO DIGO: DE VACACIONES POR CRUCE DE CAMPEONES – PARTE DOS

EL JURADO

Hablemos ahora de veredictos, la fiebre del freestyle, tan odiados pero tan necesarios para que los acontecimientos sigan su curso. No vamos a entrar a discutir sobre quién fue mejor, quién peor o quién simplemente debería haberse quedado en casa. Esto no es Twitter. Lo que sí vamos a analizar son los factores que bien podrían pasar por la cabeza de los tres jueces en el momento de tomar una tan difícil decisión, algo conveniente para que tanto ciegos acólitos como feroces detractores decidan someterse a un examen de conciencia.

Debemos tener en cuenta que no es lo mismo votar un Chuty contra Fisko que un enfrentamiento en el que, como bien se repitió durante toda aquella tarde, ambos contrincantes podrían ser perfectos campeones internacionales de eventos del calibre de Red Bull. Olvidémonos de argumentos tan poco cimentados como los que se rumorean: que uno de los componentes del jurado fuera el padre de Trueno, que querían que ganara Cacha, que nunca se vota bien a Sony… esas discusiones no aportan nada.

Dicho esto, avancemos un tanto más en la línea temporal de los eventos, hacia donde el vendaval comienza a azotar. Underdann presentaba con no poco cariño al chileno Kaiser, que se enfrentaría al posterior finalista Cacha. Este pase de ronda no gustó a muchos fans, quienes aluden a un devastador nivel del que se quedó atrás sobre su rival.

Para empezar, la intimidante fuerza de un ya consagrado en los escenarios, que además Kaiser parece redoblar cuando se vuelve a subir a uno, no consiguió menguar la de un Cacha que siempre parece crecerse ante los titanes de este tipo, mostrando descaro y registros varios. La actitud ya no sirve como argumento. ¿El contenido? Bien es cierto que el de Chile mostró muchas más cartas a la hora de hablar de la temática impuesta, pero la respuesta la dominaba el local incluso partiendo en desventaja en cuanto al turno.

Así, analizando cada vez más en profundidad, puede opinarse que Kaiser se llevó de calle el duelo como muchos aseguran, pero tampoco fue ninguna locura lo ocurrido. Pudo haber sido de cualquiera de los dos, y si el jurado se decantó por uno y no otro fue por alguna razón que, de tan poco evidente, deja muy clara la dificultad del voto. Ocurre también algo que se suele decir y siempre se olvida, y es que un evento no es el mismo en directo que tras una pantalla, por lo cual, si el jurado estando allí presente vio que Cacha les transmitía una mayor seguridad, no somos quienes para criticar sentimientos.

También hemos de remontarnos de nuevo a uno de los viajeros y a otro de los anfitriones: Sony y Blon volvían a evidenciar las presuntas carencias de un jurado que los espectadores aún repudian. Ambos abrieron la segunda ronda con las expectativas muy altas sobre el mismo cara a cara. Muchos, sin embargo, acabaron decepcionados.

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Imperdonable, abominable, denunciable… son tantos los adjetivos que califican el resultado y tan pocos los que se han tomado la decencia de seleccionarlos… Blon es, actualmente, uno de los mejores del país europeo, eso es innegable; pero cabe preguntarse, ¿lo demostró aquí, frente al titán argentino? Mostraron un nivel muy parejo, uno con su ingenio y otro con su flow, mas muchos factores acabaron apagando el motor del catalán. El repertorio de frases que usó fue bien amplio, pero solo dentro de un objetivo, el físico de Sony; a lo que él supo sobreponerse utilizando respuestas que, si bien no eran del todo inauditas, sonaban mucho más eficaces.

El ánimo que este tenía, de cara a los oyentes, parecía verse un tanto desquiciado, sobre todo cuando en los últimos patrones acabó repitiendo palabras y frases, lo que no muchas veces suele funcionar. ¿Quiere decir esto que la victoria de Sony fue justa? Por supuesto que no, vuelve a ocurrir lo que en la ronda previa, cualquiera podría haber dado el salto en el cuadrante, pero en la mente de un buen juez, otros muchos pensamientos rondan más allá de la parcialidad de un seguidor. En una entrevista posterior, hasta el mismo Blon reconoció que no sabía que iban a votar los jueces.

Como si la discusión nunca acabase, vimos esto mismo de forma incluso magnificada no mucho después, en otra de las confrontaciones que sin duda más ampollas levantó. Cacha sobrepasó a un Khan que recordaba a sus mejores días de 2013, lo que, de nuevo, no casó con las idílicas concepciones de muchos.

Ya lo dijo Juan Ortelli, el conocido periodista que tanto suele ejercitar desde la tribuna hablando con un fan que le reprochaba la decisión sobre Khan en Twitter: “Todos sabemos que puede fluir. Pero yo necesitaba verlo ganar.Sin más, cerraba la discusión generada sobre su decisión en un resumen idóneo de la situación. Es cierto que el primer minuto de Cacha no fue nada del otro mundo, y que Khan respondió a este con dos patrones que levantaron a la sala entera (hasta hizo gritar al público, lo que según comentamos antes, es digno de admirar); pero más allá de eso, ¿qué hay? Sonó una base trap que Khan, como dice Ortelli, fluyó como si nada, pero sin mucho que destacar en cuanto a contenido, como se venía presagiando al final del minuto anterior. Cacha no tuvo más que mantenerse constante, plantar cara con un flow a la altura y además añadir más mensaje que su contrario. Estaba hecho. De nuevo, ninguna locura lo sucedido.

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Cabe ya zanjar el tema, pues es un debate tan manido e irresoluble dada nuestra naturaleza competitiva y, por desgracia, inconscientemente intolerante, que no lograremos siquiera exponer del todo en estas escasas páginas. Si Khan hubiera ganado, gritos se hubieran alzado en contra del apoyo a los internacionales para beneficiar una imagen pública que organizadores y eventos supuestamente buscan mantener; justo lo contrario de lo que se habló en realidad, frente a los que se quejaban de que tres jueces argentinos claramente tienden a barrer hacia dentro con la victoria de sus locales.

Desde el periódico, no es nuestro principal objetivo el transmitir una moraleja, pues creemos que ya el freestyle y su gente ha madurado lo suficiente como para comprender lo complicado que es cumplir con el papel del verdugo que vota. De todas formas, volveremos a incidir en ello como en otras ocasiones alegando que no, el evento no fue mal por culpa del jurado. Llamarlo Cruce de Tongos es algo prejuicioso y poco analítico. Y, definitivamente eliminadas estas voces, no podemos hablar de un mal trato a los visitantes o a los participantes en general, y veremos por qué.

LOS PARTICIPANTES

Vistas las vergüenzas de quienes critican al jurado, y aclaradas las dudas el público, parece ser que poco se puede hablar de grandes fallos en la competición. No hablaremos de la propia realización pues pocos problemas se han tenido con ella, dada la variedad de modalidades ofrecidas, los buenos beats, el cuadrante, etcétera. Si algo podría fallar entonces, todo queda en manos de los mismos participantes.

Este es, sin duda, el punto más importante de todos. Quienes son freestylers y y lectores a la par, muy seguramente se habrán enfrentado a una pregunta similar a: “¿Y cómo es que no os pegáis?”. Es así, a mucha gente le asombra como tras dedicarnos insultos de todo tipo, desde lo más vacilón a lo más sucio y desagradable, podemos llegar a darnos un abrazo cuando el DJ hace el scratch final como si nada se hubiera dicho. A mí, como batallero, también me sorprende en ocasiones, para ser justos.

Siendo sinceros, en esas mismas ocasiones, es difícil mantener la compostura y no agarrar un enfado monumental por lo ocurrido frente al micro; y es justo esa una de los factores esenciales de entre los que hace al buen rapero, el que tras estar al límite mismo de exposición, solo quede el respeto y la camaradería que se forja con quienes compartimos profesión. Viéndolo así, solo podemos declarar que Cruce de Campeones tuvo la suerte de contar con 16 geniales raperos.

Son pocos, aunque grandes, los detalles que ni como ojos atentos no llegamos a ver, y por eso suelen pasar desapercibidos. Echad otro vistazo a los vídeos, concretamente fijándoos en los MCs, y no tardaréis en comprenderlo: Sony hablando y dándole la mano a Midel tras su batalla, Wolf y MKS mal sentados en el banco para poder comentar con los de detrás de ellos las jugadas que acontecían en la tarima, Kaiser celebrando cada rima como si fuera de nuevo un crío en esto… todo risas, palmadas y juerga.

Tuvimos la suerte de contar con un representante del diario allí mismo, entre bastidores, que no hizo más que confirmar toda esta improvisada teoría. En especial, destacó la actitud de los transatlánticos, que si bien podrían haberse visto desubicados por ser su primer vuelo a tierras argentinas, no pareció siquiera que fueran de otro lugar. La actitud mostrada ahí fuera no era ningún paripé, y en el mismo backstage eso se vio muy claro: humildad, ganas compartidas y esos divertidos nervios que por muchos años que llevemos en esto nunca se llegarán a marchar.

Haciendo un inciso, veo justo señalar un punto a favor claro, por primera vez en estos párrafos, de la organización, pues si bien este trato es algo intrínseco ya no de los raperos, sino de las personas que hay tras sus AKA, tomaron varias buenas decisiones que ayudaron a fomentar esto, algunas en las que otros ni piensan a la hora de coordinar un evento. Actos como el tener a todos los participantes de forma perenne en los bancos, sean eliminados o no, total libertad para moverse fuera de sus batallas, el tremendo trabajo ya comentado atrás de Underdann e Inti para elevar los ánimos dejándose la garganta en cada rima… realmente se aprecian.

Algunos se preguntarán, ¿qué tiene de importante esto? Simplemente, dejaré que esa pregunta se responda sola. Hay que tener en cuenta que a nosotros, fuera de las tablas, nos puede parecer que el jurado ha fallado, el público ha decepcionado y que las promesas y el hype que tanto nos empujaron a ver estas batallas, cayeron en saco roto. No obstante, si no hubo queja de los que participaron porque para ellos eso era una invitación más para pasarlo bien (o incluso cambiar un caluroso verano por un clima más fresco unos días, como le sucedió a los españoles), deberíamos de tragárnoslas. Un evento no es malo o bueno según lo que veamos: nos pueden gustar más o menos, pues para gustos, colores. Solo hay que ver como unos creen que ganó Blon con sobrada holgura y otros opinan que Sony le sacó los colores. Un evento es malo o bueno según decidan los que están dentro, y a ellos les dieron igual los tongos, los silencios y todo lo que pudiera fastidiarles una experiencia que les encantó.

Los tres viajeros ya se pronunciaron al respecto, y de hecho, estuvieron de acuerdo en que volverían sin dudar a pisar el terreno de Argentina. Blon, por ejemplo, se quedó con las ganas de visitar a los chicos del Quinto Escalón, por lo que no os extrañe verlo pronto batiéndose en la plaza contra el resto de los talentos de calle del país. El jurado puede fallar siempre, y de castigarlo ya se encargarán las redes, pero estamos ansiosos por ver lo que ocurre con el verdadero público de allí. Esperemos, eso sí, que no se comience a llamar el Kingtongo o cualquier estupidez similar…

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