YO DIGO: DE VACACIONES POR CRUCE DE CAMPEONES – PARTE UNO

Argentina. Gran Rex, 24 de julio. Las luces se encendían. Dos hombres lucen un eléctrico azul y negro bajo los focos: Comuna 4. El dúo, con la fuerza de algunos de sus temas más tradicionales, hablando de la realidad que se respira en los barrios, el hip-hop y su unión, la crudeza de sus entresijos… daba pie al comienzo de uno de los eventos más hypeados de los últimos años.

Pasemos lista: Klan, Wolf, Ecko, Katra, Trueno, Cacha, MKS, Lit Killah, Replik y Midel como representantes de la escena under más actual del país argento; Rabeat, Genas (sustituyendo al joven Luchito, que se vio obligado a no asistir) y Sony como la cara más veterana del grueso de locales; Kaiser como visitante de uno de los países vecinos, Chile; y Blon y Khan en su misma condición, aunque viniendo de más lejos, volando desde España. Si solo imaginar dos nombres aleatorios de entre todos estos rifándose el puesto de campeón no basta para levantar el interés de alguien, a ese alguien no le gustan las batallas de gallos. Simple.

Había pasado poco más de una semana después de ejecutar lo que sería, en apariencia, el movimiento de marketing perfecto para llamar la atención de los que, inexplicablemente, no sabían del cartel del mismo. Durante el periodo de tiempo que ocupa desde que se anuncia una fecha hasta que la misma llega, su organización no dudó en ocuparse de llenar el habitual vacío que va ligado a este puente con fotografías, vídeos y demás anuncios que no hacían más que salivar las bocas de los atentos tras las pantallas. No contentos con eso, llegados a la recta final, revelaron cuáles serían los enfrentamientos de la primera ronda: Ecko VS Blon, Klan VS Lit Killah, Kaiser VS Cacha… Todo estaba servido.

Sobre el papel, no quedaba duda de que lo que allí se había logrado reunir, en Cruce de Campeones, era una soñada utopía competitiva que hacía las delicias del aficionado. En la práctica, no han sido pocos los comentarios negativos respecto a la ejecución de sus planes.

Hay quien se ha aventurado a rebautizar al evento como Cruce de Tongos por como las expectativas de muchos de los fans habían caído en picado respecto a sus favoritos. ¿Motivos? La mayoría de ellos lo tienen claro: puro localismo. No cabe duda sobre que los tres internacionales invitados a participar son de la élite, capaces de ganar cualquier competencia que se cruce con uno de sus buenos días; pero para el jurado su nivel no fue suficiente, o inferior al de sus rivales, tanto que Kaiser no pasó de primera ronda y los de Barcelona a duras penas arañaron la segunda, desatando así la tormenta.

Llegados a este punto del debate, el turno pasa a ser nuestro. Como ya es costumbre, desde El Estilo Libre tenemos algo que decir al respecto, y mucho además. El fandom es misterioso, en algunos puntos hasta siniestro, y no solo en el freestyle. Muchas veces aciertan y otras tantas se equivocan, por eso conviene que dejemos bien claras algunas de las opiniones que han circulado por la red desde la batalla. Nos centraremos, especialmente, en como se ha acogido a los huéspedes de otros países en un territorio tan hospitalario como lo es Argentina, tanto para mostrar como se ha comportado el Cruce con ellos como para resolver la polémica que les envuelve, que además parece haberse vuelto la mayor de todas las que surgieron.

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EL PÚBLICO

Nos lo deberíamos haber esperado al ver la primera batalla. La gran presentación de Underdann y el apoyo que este junto a Inti Rap recibían del público, presagiaba una constante intervención de los espectadores, lo que siempre apremia al espectáculo. Tras ellos, comenzó un fresco Sony a improvisar sobre la temática magia. No estamos hablando de un chico joven que se bate en los parques de la zona, sino de un múltiple campeón nacional que siempre ha estado al pie del cañón representando a su país, veterano, con vasto abanico de recursos y normalmente bastante querido por el público. Fueron tres patrones bastante limpios, con buena ejecución sobre una base potente y a la altura del rapero, que contaba además con el speaker marcando sus frases. Y sonaron grillos.

Vale, bien… Quizá sea porque para algunos Sony representa la cara comercial del freestyle que tanto se odia… Veamos a Midel: sobre redes sociales, con su habitual buen equilibrio entre flow y contenido, acabando bien sus intervenciones… Es cierto, le animaron más pero, ¿ese ruido es de veras suficiente dentro de esa enorme sala que estaba a rebosar? Las quejas de muchos sobre la falta de ímpetu de los presentes tuvieron sobradas pruebas que quedaban validadas desde el comienzo de la tarde.

Tras los dos locales, fue el turno de Ecko y Blon, enfrentamiento que muchos tacharon de paliza. El español se mostró durante todo momento superior al joven talento del Kingto, por lo que la polémica no se desató en tal temprano punto. Intercambiaron las primeras rimas siguiendo la temática, hubo apoyo y jaleo en su justa medida, no le ocurrió al visitante lo mismo que a Skone en Perú… todo correcto. Entonces llega la réplica, la cual versaba de una modalidad a capela eliminatoria.

Lo cierto es que en batallas, un a capela real no existe: siempre hay una base, un sonido de fondo como si de ruido blanco se tratara, que construye su beat gracias a los gritos, aplausos y silbidos de su público. Pues bien, en esta prórroga, la ilusión no existía. Es aquí cuando vemos realmente la ineficacia de los que entraron en la sala, llegando a estropear una batalla magnífica. Las rimas de ambos estaban siendo sobresalientes, pero escuchándolas se notaba que faltaba algo… y creo que si alguien tiene la culpa, fueron los cientos de espectadores que bajo los focos se reunieron, que no consiguieron transmitir el espíritu necesario a los participantes para poder exprimir el máximo de su potencial.

Se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que si de algo pecó la organización del cartel, fue de vender las entradas a gente muy aburrida, prejuicios por delante; lo que sería, claramente, una soberbia estupidez que denunciar. No fue cosa de localismo, de que solo se gritara a los raperos argentinos, ni viceversa: no se gritaba a nadie ¿Sonoridad? ¿Espacio? Puede ser, pero de todas formas, una de las patas de la mesa cojeaba desde bien temprano, aunque esto no pudiera arreglarse por ninguno de los responsables. Sigue, no obstante, sin ser excusa, pues ya en la actitud de los Mcs se notaba que algo no iba bien. Bastante trabajo tuvieron los speaker gritando al micro cada buen punchline

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