EL CRITERIO DEL JURADO
¿Los sistemas de puntuación se pueden mejorar? ¿Es posible hallar equilibrio entre la subjetividad y la objetividad en el voto?
Por: @FerJBolivar9
Los sistemas de puntuación y el papel que desempeñan los jurados en las batallas han dado que hablar durante los años más competitivos de las batallas. Las críticas y las polémicas hacia los jueces y hacia las organizaciones forman parte de la realidad del freestyle. Algunas con más razón y otras con menos.
Se parte desde una premisa y es que la evaluación de los jurados es completamente subjetiva porque no existe modo de escapar a eso. Lo mismo ocurre con cualquier manifestación artística, hay quien prefiere lo barroco, hay quien prefiere lo neoclásico y hay quien no prefiere ninguno. Asumiendo esta premisa y, mediante la lógica, podríamos suponer que para los jurados siempre ganan los mismos porque sus favoritos siempre estarán por encima de los que no lo son. En las competiciones más informales suele suceder algo así. Por esta razón, es crucial contar con un sistema de puntuación bien confeccionado con el objetivo de que los criterios estrictamente personales no engullan a la meritocracia de los MC’s.
Lo ideal es encontar un equilibrio entre lo subjetivo y lo objetivo, entre el corazón y la razón. En el periodismo sucede algo similar: la objetividad pura no existe, pero no por ello hemos de cesar en el empeño de alcanzarla. Esta reflexión trasladada al freestyle implica que es necesario que los jueces sean conscientes de sus sesgos y gustos personales y que traten de doblegarlos. Siempre en la medida de lo posible, por supuesto.
El sistema de puntuación más popular en las batallas es el de FMS. Se puntúan las intervenciones de los MC’s cada 10 segundos y se valoran los siguientes conceptos: punch, fluidez, técnicas y puesta en escena. Todas estas variables son subjetivas, aunque en las batallas, la que más peso tiene es la del punch y, por ese motivo, vamos a tratarlo como elemento principal del artículo.
El sistema de FMS se basa en puntuar del 0 al 4, de los errores a las rimas inmejorables. Además, incluye la posibilidad de añadir números decimales para matizar las rimas que están a medio camino entre una puntuación y otra. Se trata de un buen sistema ya que permite evaluar los rasgos fundamentales de cada batalla. Esto no quiere decir que no sea mejorable, por ejemplo, en el recuento de los pareados o en premiar la naturalidad y la coherencia de los competidores.
Una vez expuesta esta descripción valorativa cabe preguntarse, ¿qué sería lo ideal? Dos cuestiones. En primer lugar, que los errores o se penalicen exactamente con la misma puntuación para todos los jurados y que todos coincidieran mínimamente en lo genérico y que su punto de vista particular modificase ese resultado genérico, para arriba o para abajo. En la segunda afirmación, hay implícita un concepto esencial: el respeto y la aceptación de la discrepancia. ¿Por qué deberían discrepar?
Es importante que los jueces tengan su propia manera de ver y juzgar lo que ven y escuchan porque esos pequeños matices representan a la opinión de muchos espectadores y, por tanto, el resultado es más democrático. Esos detalles que los diferencian deben ser tolerados porque representan la complejidad que conlleva el mundo de las batallas. Por argumentarlo de otro modo, expongo lo siguiente: el freestyle proviene del rap, el rap del Hip Hop y el Hip Hop es una cultura que nace con ansia de libertad y de tolerancia, de respeto a la diversidad. Respetemos la cultura.
Nunca existirá un sistema de puntuación totalmente “justo” porque siempre estará condicionado por la opinión de los jueces, por sus conocimientos, por los conocimientos de los participantes y por los de los espectadores y por otras variables. Siempre podrá quejarse alguien. Por lo tanto, tratemos de vivir en armonía respecto a las opiniones de los jurados. Se enfrentan a una presión social enorme y se ven obligados a juzgar en décimas de segundo. No se debería inyectar toxicidad en una disciplina tan bella. Kapo 013, jurado de FMS España manifestó la posibilidad de no seguir siendo juez de la liga para la próxima edición por los insultos que recibía tras las diferentes fechas. Criticar al gremio de jueces solo puede causar que se fuguen piezas de alto nivel, lo que perjudicaría a las batallas. Hay que vivir y dejar vivir.
Ser jurado es una gran carga, es muy valiente, en estos tiempos, posicionarse en ese puesto y siempre es mal pagado por el público y algunos Mc’s.
-Gustavo Woltmann.