¿CÓMO VARIÓ EL ESTILO DE PAPO AÑO TRAS AÑO?
A minutos del cierre de inscripciones, Papo envió su video para clasificar a Red Bull. Tras doce años como freestyler y diez como competidor, el marplatense es uno de los artistas con el estilo de rapeo más definido en la historia de la escena argentina.
Por: Alan Di Prinzio
No es descabellado leer comentarios tales como: “Me gusta el Papo de 2013, pura estructura.” “Yo, la verdad, me quedo con el de 2016, más agresivo.” “Si me dan a elegir, voy con el de 2018, combina las dos juntas”. Es necesario preguntarse por qué sus facetas son tan definidas y reconocibles al pasar los años; además de qué es lo que las vuelve tan especiales.
Alejandro Andrés Lococo perteneció durante varios años a la crew “Mundialistas” de Mar del Plata, su ciudad natal. Junto a Nobe, también marplatense, se caracterizaron por las estructuras complejas, por enlazar minutos coherentes y por distenderse de los punchlines sueltos. Ambos fueron pioneros en una disciplina que recién se haría visible años más tarde.
Hasta 2013 a Papo se lo vio muy identificado con esta virtud, su nacional de Red Bull es prueba cruda de esto. Contra Tai dio una completa exhibición y no por gritar o exaltarse, sino por ofrecer minutos donde parecía querer elevar la dificultad de las frases; yendo y viniendo con los sentidos y la composición de las barras. Esta premisa lo posicionó hasta la final, haciendo que la gente vuelva de Niceto pensando: “Papo ofrece otra cosa, es distinto.”
Subcampeón nacional. Ya en la mira de un país entero, mantuvo este mood de construcciones complejas y lo demostró en más de una ocasión por los años 2014 y 2015. Freestyle Massacre vio una de las mejores versiones de Papo en su carrera. Otra vez el de marpla, otra batalla para el recuerdo. Nuevamente ofreció minutos históricos como contra Klan o Ganjahman. Tarde o temprano, con constancia, llegaría a la gloria.
Ahora, un parate. Los años seguían pasando, los torneos también. Papo se volvía cada vez más experimentado pero también más mentalizado en ser campeón nacional. Es de público conocimiento que el marplatense disfruta cuando rapea como pocos en la escena, pero no deja de ser un competidor nato y profesional. Un título podría consolidar todo el esfuerzo que forjó desde Mundialistas.
Es por eso que el Papo 2016 es más frontal, directo y con ataque; aunque en destellos seguía manteniendo su estilo. Quizás se vió obligado a volver mayormente efectivas sus rimas para lograr el impacto necesario y así ganar la mayor cantidad de competencias. De esta forma se coronó en Red Bull. Un Papo que parecía vomitar el alma en cada patrón, y extremadamente sentimental. El cierre no podía ser más que entre lágrimas.
Campeón de Argentina y en el top tres referentes de la escena nacional, poco le quedaba por demostrar. Es hasta 2020 que a Papo lo consumió el extrovertido pero siempre interesante personaje de gordo forro. Retomó su performance de construir minutos enteros, con coherencia y ofreciendo un mensaje claro. Una buena carta de presentación para esta última y actual etapa sería: relajado, confrontativo y atento a los estímulos.
Este año Alejandro volvió a decirle ‘sí’ a Red Bull. Si bien aún no es confirmada su participación, sería la octava a nivel nacional. A pesar de las diferentes versiones, hay algo que Papo no pudo abandonar en casi diez años. Su más grande lema y reconocimiento a nivel internacional. Desde A Cara de Perro 2011, y hasta la fecha, Papo es y siempre será La Bestia del Hardcore.
