OPINIÓN: FIN DE SEMANA NEGRO PARA EL FREESTYLE

Los emocionantes cruces que proponía Línea XVI en su último retorno se vieron opacados por el desafortunado encontronazo que dejaron a sus seguidores dos de sus cabezas de cartel. 

Por: Pablo J. Calvo Muriana (@PabloCalMuriana)

Me encontré las redes atestadas de vídeos. Fragmentos donde dos personas, micrófono en mano, se intercambiaban gritos. No me extrañó, siendo esta mi profesión y muchas de las cuentas a las que sigo templos de culto al freestyle. Cada fin de semana, con la apertura de puertas de las habituales BDMs, las Gold Battles, las FMS y demás eventos del palo, siempre termino encontrándome con algún minuto impecable de Dani, la última respuesta de Blon o los mejores tiempos de Arkano e Invert. Lo normal. No les prestaba apenas atención, deslizando el dedo sobre mi timeline con la poca fuerza que una mañana libre te puede prestar. Hasta que vi el primer puñetazo.

Muelas de Gallo y El Grave no son novatos. A cualquiera que disfrute de ese lado a veces marginal de las batallas, cuando estas pasan a escribirse con total alevosía, le resultarán familiares sus akas. Precisamente, en el circuito de Línea XVI, donde se habían encontrado por última vez, eran bien conocidos por hacer vibrar las citas en las que se presentaban. Quien goce de la prensa rosa que inevitablemente se genera siempre que la imagen de una persona se la apropia su público, sabrá además que tenían cuentas pendientes y más de un altercado a sus espaldas. De sobra debían ser conscientes aquellos que manejan el cotarro de la competición que volver a juntarlos en un escenario iba a generar peligro, e ingresos. El resultado: un espectáculo digno de patio de recreo, donde los dos chicos que se enzarzan en una discusión se lanzan torpes puñetazos esperando acertar y todos contemplan sin saber (o querer) disipar la tormenta de golpes.

Ya no son críos, ni mucho menos. Pensé tras la primera reproducción, sin mucha información al respecto, que esto pasaría a engrosar filas de los numerosos vídeos de tops de los seguidores, una curiosidad más parte de todos esos calentones descerebrados que nos ha dado el freestyle tras tantos años, sea un Celedonio lanzándose de boca hacia un espectador o un Stigma frente a frente con un Dtoke. Nada más. Una vez pude ver la batalla, eso sí, me di cuenta de que no se podía resumir de forma tan sencilla. Momentos previos a la trifulca, tanto uno como otro no dejaron de intercambiar rimas que atacaban directamente a la persona, a pecho abierto: sangre de la más sucia. No conviene destacar ninguna pues el objetivo de este artículo es otro, pero solo un freestyler sabe (y más, si su terreno es la calle) lo difícil que es mantener la cabeza fría tras recibir un punchline de este estilo.

Aún así, es injustificable. Todos los seguidores tienen claro que fue un muy desafortunado evento, y muchas de las personalidades más destacadas del mundillo ya han condenado el suceso. ¿Pero por qué? Pues, evidentemente, salta a la vista, pero quizá, el que se tenga tan interiorizado dentro de estos círculos que tras el insulto más barriobajero hay un infinito respeto hacia quien lo recibe (sobre todo cuando estos llegan a tales cotas de profesionalidad), no nos deje ver qué hay de mal en esto.

Para empezar: Bnet. El actual campeón de España apenas supera la veintena de edad. En su misma situación: Wos, Jaze, Teorema… lejos han quedado esos años donde un Noult que rozaba la edad adulta se coronaba como rey del mapa. Los campeones actuales, nuestros campeones, son prácticamente niños. El freestyle se ha rejuvenecido considerablemente y, teniendo esto en cuenta, ¿cómo iba a ser su público? Antes de cada evento nadie coloca un rótulo al puro estilo WWE de “no hagan esto en sus casas”. Sería vergonzoso que esto ocurriera dado lo complicado que se hace ya el mantener una buena imagen ante medios, empresas y padres cabreados.

Pero no todo se puede resumir al memético “nadie piensa en los niños” y es que precisamente eso, la imagen, es algo que afecta a todos los que trabajan entre bastidores. Durante los últimos años hemos visto una lucha silenciosa pero encarnizada por parte de la élite para que eso que tanto aman, la aparente simpleza de inventarse rimas, sea considerado lo que es realmente, un camino duro, exigente, que requiere disciplina y suele ser cruel con ellos. Subirse a un escenario tan grande como el que sufrió el enfrentamiento de los dos mexicanos no permite libertades como el ir bajo sustancias, desconcentrado o con ganas de partir huesos, tan típicas en los entornos más pequeños y cerrados. Han evolucionado. Ahora te permiten ganar dinero, repercusión, firmas… lo que a uno le plazca; y por ello son mucho más exigentes. La sola voz de un periodista o predicador de esos que no saben de lo que hablan puede desmontar estas tarimas apelando a este evento que no merece más atención que ser recordado como una trágica anécdota. Los freestylers ahora deben tener más cabeza que nunca si quieren seguir siendo eso, freestylers.

Resultado de imagen de dtoke vs stigma

No obstante, hay un problema muy presente que suele ser ignorado al hablar de esta pelea, cargándole toda la culpa a los dos MCs cuando realmente, su culpa, no es otra que la falta de preparación y profesionalidad ante lo que su contrario pudiera esgrimir como arma. ¿Deberíamos cargar parte de la culpa en las organizaciones? Es decir, ¿qué espera que ocurra un organizador de eventos (sin aludir a nadie en concreto) juntando a un león y una cebra en la misma jaula? Pues que se van a acabar matando.

Sí, es lógico, ley de oferta y demanda. A muy poca gente le interesa ya un Hander VS Errecé, por ejemplo, sabiendo que son amigos del alma que además se dejan ver tanto compitiendo. El morbo mueve, el morbo vende, y es lógico que se busque hacer dinero de él juntando a dos personas que pueden llegar hasta el punto de herirse por resolver sus diferencias; pero hay que empezar a pensar en si el beneficio a largo plazo de poder aprovechar un buen y bonito espectáculo querido por muchos beneficia más que uno inmediato, conseguir la bolsa e irse.

Y esto es más importante que nunca, viendo como las batallas de exhibición ya se dan por hecho en cada cartel que se cuelga. ¿Alguien se imagina que sería de hoy si Dtoke hubiera empujado tarima abajo a Arkano en 2015 tras el famoso beso? ¿Cómo estarían vistas las batallas de calle si resolvieran a puños cualquier rima sacada de contexto? Primero, los MCs deben ser conscientes de lo que hay en juego cada vez que se exponen delante de una única persona, del boca a boca, de las venenosas redes y de su potencial peligro de extinción; y segundo, los organizadores deben tener más cuidado que ellos, incluso, gestionando con más responsabilidad sus enfrentamientos, sus cruces y sus malos gestos. Para algo está la norma inamovible de que el contacto físico conlleva una expulsión inmediata, ¿no? ¿O es que realmente “nadie piensa en los niños”?

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COMMENTS

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    Estoy de acuerdo casi totalmente, pero, mas allá del ejemplo a los niños y todo eso… está claro que eso es importante y debe preocuparnos, pero no es el foco principal. Lo primero y mas importante por lo que no debe pasar nada de esto es por no manchar la imagen de nuestro querido mundo de freestyle, los niños también, vale, pero lo primero por lo que debemos preocuparnos es por el borron que supone para el free, no por el ejemplo a los niños

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