Red Bull Batalla Internacional 2024: Una tragedia para el freestyle
Sin querer frivolizar ni banalizar a la gente que ha sufrido una o las sufre en su día a día, la Red Bull Batalla Internacional 2024 fue una tragedia para el mundo del freestyle.
La gran fiesta de las batallas a nivel mundial, la madre de las competiciones y la fecha que los aficionados del freestyle tienen marcada en su calendario resultó ser uno de los capítulos más bochornosos en los libros de historia de esta disciplina. En un año clave para su resurgimiento, con grandes retornos y momentos que dieron esperanza, una votación insólita en la final terminó de empañar una jornada en la que nada funcionó a plenitud.
RED BULL INTERNACIONAL 2024: LA POLÉMICA TRAS EL DOBLE CAMPEONATO | CRONOLOGÍAHabía ingredientes para que fuera un torneo histórico. Una lista con algunos de los nombres más grandes del panorama, dos campeones internacionales, tres tricampeones nacionales, y dos bicampeones. Debutantes con mucha experiencia en sus respectivos países, una votación de subcampeones que despertó el interés de sectores ajenos al freestyle, un escenario inmejorable y repleto de personas… Nada de esto evitó la tragedia, con varias víctimas a su paso. Las más evidentes son Chuty, Gazir y Marina Vinyals o Dozer, según lo que cada persona crea. Y también damnificados colaterales, como el resto de participantes o el mismo Bekaesh. Pero principalmente, y por encima de todo, los amantes del freestyle y las batallas.
Si el público del freestyle ya se acostumbró a ser una trituradora de referentes, exponentes e ídolos, el caso de Chuty puede que sobrepase cualquier precedente. Una de las mayores leyendas de la disciplina, compartiendo el trono desde antaño con Aczino, ve cómo su reputación queda manchada por un error ajeno. Últimamente, se pone en duda su valor o su valentía, pero es una cuestión que va más allá del atrevimiento. Chuty ya ha perdido en anteriores ocasiones. ¿A qué debería tenerle miedo? ¿Se está cuestionando a una persona que, sin tener por qué, puso en juego su anillo en una final de FMS España contra Bnet? Tal vez, alguien se ha cansado de salvar a las organizaciones deficientes y sus errores… En todo caso, y a pesar de su participación in extremis en FMS World Series, es claro que este suceso en el que Sergio es solo una víctima y nunca el culpable, le ha dejado un relato que le pone muy cuesta arriba las batallas. Habrá que ver si tiene la motivación para continuar una vez terminen las competiciones que tiene firmadas a principios de 2025.
El segundo damnificado es Gazir: el niño que persigue un sueño. En el último capítulo de su documental sobre la internacional, el asturiano mostró sus lágrimas de decepción tras el evento. Si ya parece duro perder dos veces la final de la Internacional de Red Bull Batalla, todavía es más difícil de imaginar qué sentía al saber que esta segunda derrota podía ser solo un error, y que, según el primer veredicto que vio delante de sus ojos, su desempeño merecía mínimo una réplica esa noche. “Tengo objetivos, pero en Red Bull me mueve un sueño”, decía Gazir en su entrevista en El Gallinero Freestyle; sueño que rechazó cumplir cuando la organización decretó un doble campeonato tras el desastre en las votaciones. Gazir sabe que no ganó y no puede aceptar el premio, pero el desenlace de la situación le hace saber que tampoco perdió. Él querría batallar, pero todo hace pensar que tendrá que luchar por ese ansiado cinturón en la próxima edición.
¿Marina o Dozer? ¿Dozer o Marina? Una vez más, el polarizado público del freestyle enfrentado en una guerra entre dos bandos totalmente opuestos. Sea como sea, uno de los dos miente, o hay un malentendido. Dozer le transmitió a Marina un “Chuty” o una “réplica”, y el hecho de que el juez mostrara ambos votos después ha generado un mar de dudas en la gente. Si hay uno que miente, que es lo que parece más lógico, debería saber que no está limpiando su imagen, solo ensuciando la de su compañero o compañera. La suya sigue sucia. Así tenemos otro damnificado, otra víctima que está luchando por hacer valer la verdad, pero finalmente es una palabra contra la otra.
¿Quién no recuerda la Internacional en la que Letra se presentó al mainstream mundial con el famoso “a caballo regalado no se le mira el diente” u otros highlights que demostraban el gran freestyler que estaba oculto en Venezuela? ¿O, en la misma competición, la consolidación de Valles-T y su paso del robot? Jota, Éxodo Lirical, SNK, Reverse, Fat N… Todos estos nombres son talentos que llegaban como underdogs de la lista y el ojo del público medio de las batallas no conocía; fue el gran escenario que ofrece Red Bull el que les dió la oportunidad de darse a conocer y vivir de su don. Es una pena que, la Internacional de la consagración de El Menor, la explosión de Exe o los grandes desempeños de otros participantes vaya a ser recordada como “esa en la que pasó lo de la votación en la final”. Por suerte, los nombres mencionados, y muchos más, tienen una calidad de improvisación que les permitirá vivir el camino que merecen, pero son otras víctimas que dejó el fatídico sábado 30 de noviembre de 2024 en Madrid.
Y por último, pero no por eso menos importante —de hecho, todo lo contrario—, los amantes del freestyle fueron damnificados. Todos veían este 2024 como un año clave en el mundo del freestyle. Después de una época en la que se había desmoronado el castillo de naipes, todos, o casi todos, volvían a remar en la misma dirección para reconstruir la fortaleza. Pero todas esas esperanzas y buenas notícias se desvanecieron en el momento más clave del año. En la votación más importante de la competición más importante de habla hispana, a todos los que aman esto se les cayó el mundo al suelo.
Porque sí, este año Red Bull había hecho muchas cosas bien, dejando varios momentos para el recuerdo y -por qué no decirlo- para la historia. La nacional argentina con el underground en el escenario y con la redención de Stuart como el primer campeón santafesino. El regreso de la Red Bull Colombia a la mítica Media Torta de Bogotá, con la consagración de Valles-T como tricampeón ante la nueva generación. La doble jornada de Red Bull Centroamérica y Sudamérica en República Dominicana, con la demostración de talento de países con pocas oportunidades. El regreso del Torneo de Plazas, disputado en Argentina, y repleto de sorpresas e historias de superación. La Red Bull Perú del recambio generacional, con tres semifinalistas inéditos y un extranjero que repitió podio a base de esfuerzo. La nacional española con su vuelta a Cádiz diez años después y con la consagración de Gazir ante el representante de los jóvenes talentos. La nacional chilena con una de las mejores finales de la historia y una batalla de leyendas en cuartos de final. Todo esto y mucho más quedará en segundo plano. Tristemente, la temporada de Red Bull 2024 será recordada como aquella en la que se proclamaron dos campeones en la internacional.
Lo peor de todo, es que la sensación que ha dejado este suceso es que era evitable. Con la información que ha llegado tras el evento, diferentes secuencias del directo y el relato de las personas que lo presenciaron en vivo, cuesta entender cómo, viendo la poca certeza del resultado de esa batalla, nadie frenó el festejo para aclarar la situación. Por ejemplo, Gazir contó en una transmisión de Twitch que muchos se dieron cuenta en el momento y se lo hicieron saber.
Además, y tal como destacó una experta en la materia de la conducción como es Queen Mary, la votación más importante del día no puede tener la fugacidad de un secreto al oído del host, y menos en un pabellón con miles de personas a su alrededor gritando por la emoción que conlleva una final. Algunas de las sugerencias son que se deje el voto por escrito o, quizás rompiendo un poco con la espectacularidad del momento, que se vote directamente con el cartel, tal y como se hace en el resto de rondas. Teniendo el precedente de Hadrian, con su dudoso voto en la Internacional de 2018, se debería haber instaurado otro sistema. En esa ocasión el caso no pasó a mayores, pero era el primer aviso de lo que terminó ocurriendo.
Otra de las críticas de la gente está dirigida a la elección de algunas personas para un evento de tal magnitud. Marina reconoció en sus redes que le faltó exigirse más tras llegar confiada después de la nacional española, y el público puso en duda la elección del elenco de jueces e incluso del DJ para esta cita. En el ideario colectivo había alternativas mejores que las seleccionadas por la organización. Es verdad que cuesta determinar cuál es el currículum o cualidades mínimas exigidas para estar en una Internacional de Red Bull —ya que si a alguien no le das esa primera oportunidad, no tendrá nunca la experiencia necesaria para ser el adecuado para ese rol—, pero puede ser que en esta ocasión se dieran demasiadas oportunidades y se optase muy poco por certezas.
Pero todo esto ya es pasado, temas que dan para un extenso debate y no aportan soluciones al problema. Lo que sí podría ofrecer, quizás no una solución, pero sí luz al caso, sería un mayor ejercicio de transparencia por parte de la organización. ¿Por qué en un primer lugar se dio por campeón a Chuty, se corroboró en la primera reunión y al final se decidió repartir dos cinturones? ¿Cómo se llegó a la conclusión de repartir el título? ¿Qué significa “intencionalidad de voto” y por qué determina el resultado de la final? ¿Eso da veracidad al relato de Dozer, aún sin haber demostrado públicamente ninguna prueba? ¿La decisión estuvo motivada por la viralización del momento de la votación y la necesidad de actuar de manera rápida? ¿Sabiendo todo lo que pasó, no debería Red Bull hacer público su reglamento interno? Estas y muchas preguntas más son las que se hacen todos, pero nadie ha salido a responder, y nada hace pensar que eso vaya a pasar.
La gente pide respuestas, pero no hay certeza de que se esté investigando realmente qué pasó. El mundo del freestyle y las batallas también necesita despejar esas incógnitas para que el 2024 no tenga esa sombra oscura para siempre encima. Hace años se cataloga a Red Bull Batalla como la mayor competición que ha habido en esta disciplina, pero este capítulo va en contra de todo lo que han construido durante los 20 años que celebran en 2025. Es justo decir que en alguna decisión están atados de pies y manos y que seguramente no han obrado al cien por cien como les gustaría. No obstante, es de vital importancia para su imagen que hagan algo, no que lo dejen apartado para que la gente se olvide poco a poco, pues es un capítulo de la historia del freestyle lamentable e imborrable.
En el WiZink Center hubo grandes anuncios que no pueden pasar desapercibidos. La nueva competición de Red Bull que reunirá a leyendas con las nuevas generaciones o el regreso de un ídolo mundial como Bnet no pueden quedar empañados u opacados por la inoperancia de este caso. Pero de todo se puede sacar algo positivo. El freestyle no murió el 30 de noviembre de 2024 en Madrid. A pesar de la tragedia, hay una enseñanza más para una disciplina tan joven como las batallas, y que haya sucedido ahora servirá de precedente para que no vuelva a ocurrir. Si este episodio se aprovecha para reflexionar y buscar cambios, podría servir para que el freestyle tenga un futuro próspero.
mgqy6o