GATA CATTANA: UNA VOZ INDISPENSABLE

Por Flor Viva (@florviva)

La influencia de Ana Isabel García Llorente aka Gata Cattana en el rap español e internacional es incuestionable. Una artista de lo complejo, de clavar astillas en la homogeneidad que reinaba en ciertas áreas del hip hop hispano, su obra es riquísima tanto en aspectos musicales como líricos, y especialmente en lo conceptual.

Su entrada al rap, oficialmente en el 2012 con su primer lanzamiento llamado “Los Siete Contra Tebas”, fue su manera de atar definitivamente la música y la poesía, siendo que a pesar de el rap ser en sí mismo una de las formas más complejas de poesía oral es cierto que por su parte Gata siempre estuvo muy vinculada con los slams de poesía españoles y cierto público reacio a la cultura hip hop. 

Desde sus inicios dejó claro su perfil, su carácter musical, esencialmente a través de la manera de canalizar en su encendido torrente lírico un estilo individual único y un elemento que fue quizás lo más característico de su obra: la lucha contra la indiferencia. Fuertemente comprometida con el movimiento feminista internacional y los problemas sociales que atravesaban (y aún atraviesan) las sociedades modernas, sus letras atacan de forma directa contradicciones y paradojas que aún se hallan clavadas en la conducta de una gran parte de la cultura hip hop.

Con permanentes llamamientos a  considerar el arte y la poesía como una plataforma indispensable para el cambio cultural y la evolución colectiva, inspiró a actuales agentes del rap español como son Las Ninyas del Corro y Santa Salut, para nombrar algunas, pero también a toda una franja generacional de oyentes apasionados y apasionadas de rap, que tenían dificultad para sentirse representados con ciertos rincones oscuros de los discursos que subyacen a una cultura que construye la imagen de masculinidad y feminidad de una manera particular. Sin embargo, Gata siempre tuvo en claro que esta no era una situación excepcional. Según sus propias palabras en múltiples eventos y entrevistas, consideraba que estas huellas y consecuencias del machismo no eran más que el reflejo de lo que sucede en todas las sociedades, solo que a través del prisma del rap. Y a través de ese prisma es que ella vino a combatir, desde el amor y la poesía.

Ardiente fanática de la literatura y de la música flamenca, fue capaz de conjugar aquellas dos enormes áreas de los círculos que la vieron crecer con su música, haciendo referencias frecuentes a autores y personajes de la mitología y la historia, y traduciendo a la música reflexiones y paradigmas afilados e interesantes. A su vez, introdujo a lo largo y a lo ancho de su obra elementos de otros géneros como el rock o los estilos musicales latinoamericanos, a los que hacía aterrizar en el rap español de una manera natural y disruptiva simultáneamente, contradiciendo en lo conceptual al gran mar de raperos que convivieron con ella en la escena española e internacional durante sus años activos.

Entre tanto huracán de talento propio es que se encontraba Gata Cattana, que a diferencia de muchos se enorgulleció siempre de su acento, de su origen y de su cultura. Desde las calles de Adamuz, un pueblo de 4000 habitantes, enalteció su genealogía cultural y tanto en su literatura como en su música hoy podemos valorar más aún, años más tarde, lo irreverente y especial de su arte, que cuestionó lo grotesco del comportamiento social desde su lugar de poeta pero también de politóloga, predispuesta siempre a arrastrar hacia el rap temáticas poco escuchadas y muy necesarias. 

Su poemario “La Escala de Mohs” cumplió también con esta enorme serie de virtudes, hablando a gritos de la coherencia artística y personal a través de todas las disciplinas que pisaba, aunque para ella —como comentaba frecuentemente— eran todas una. Póstumamente publicado por segunda vez a través de Penguin Random House, incluso la estructura del poemario es original y vertiginosa, como todas sus creaciones.

“Banzai”, el disco considerado su obra maestra, es sin dudas la colección de temas más elevada de su carrera, aunque sin dejar muy por debajo sus anteriores lanzamientos, como es el caso de “Anclas” y su álbum de inéditos 2015, ya que no solamente los tracks de este disco sino también toda su producción discográfica parece estar hilvanado por un hilo discursivo y estético deslumbrante, que exhibe una calidad y una profundidad admirable. 

Delicada y brusca, suave y áspera, la música y la poesía de Gata Cattana se espejaban de lleno con su manera de entender y expulsar el arte, así como con su forma de manejarse. Su pronta partida, hace ya tres años, dejó a la cultura del rap hispano con un gran vacío imposible de acallar. “Quiero que me entiendan en el barrio y en el pueblo. Si no, no estás haciendo nada” dijo alguna vez, consecuente con sus acciones y creaciones.

Gata Cattana fue y será siempre una de las voces más fuertes del género y un faro que ha iluminado el camino para miles de personas. En sus propias palabras: una Poetisa, con mayúscula.