FMS PAMPLONA: LA RUTA DE CHUTY, EL DESTINO DE BNET

Pamplona estrenó la tercera temporada de FMS en España con caras de sobra conocidas actuando en un guion parecido al de siempre: Chuty en lo alto y el resto, a sus pies… aunque Bnet ya ha demostrado que juega con otras normas. Repasamos lo que dio de sí la primera jornada.

Por: @davidtimon_

El vacío de Arkano, la ausencia de Hander, la reincoporación de Míster Ego, la expectación de Bnet, Babi y Noult estrenándose en el jurado, Verse a los platos y un leve ‘beef’ sano de Skone a las FMS lationamericanas (“somos los que rapeamos bien, no los que tenemos visitas”). Todo lo demás, como ya lo conocían. Eso es todo lo que deben saber antes de escuchar el primer “suéltalo” de Bekaesh. Llegó para dar paso a un clásico entre clásicos: Chuty y BTA, enésima reedición… mismo resultado. Con el malagueño manteniendo un nivel estable durante toda la batalla, constante y firme pero no brillante, acusó los defectos que ante Chuty relucen tanto como terminan condenando. En el ansia de BTA por sobreconstruir los patrones, llenarlos de contenido y de ideas, probablemente para tratar de alcanzar el nivel de perfección del madrileño, el punch, su fuerza, su musicalidad y el efecto del mismo perdieron gran parte de su potencia y se quedaron a medio camino de lo que pudieron ser. Frente al aluvión de rimas que Chuty fue conectando, una tras otra, sin fallo ni descanso, la diferencia se fue haciendo más y más grande hasta ser insalvable.

Desde la primera ronda de temáticas, Chuty ya dejó entrever que ese anhelo de competición, victoria y triunfo son inherentes a su persona, por más que haya ganado dos ligas de manera consecutiva sin apenas ceder puntos, el de Entrevías no da respiro. Tanto con el tema “gracias”, donde jugó con flows y acompañó los ritmos con una destreza insultante, como con la palabra “elecciones”, con la que exhibió un mapa mental para atacar una temática desde todos los ángulos que el ingenio permite, Chuty no se desconcentró ni cedió un centímetro hasta el final de la batalla que, un día más, cerró con tres puntos. Y volvió Míster Ego. Enchufado y concentrado, pero, sobre todo, con la agresividad de siempre, encontrando fórmulas (como la terminación en el ‘hard mode’) para competir en cada ronda ante un Skone que destila justificada soberbia y grandeza con el paso de los años. La tranquilidad ante la furia, en un choque igualado y divertido en el que Míster demostró una constancia que de acompañarle durante todo el año le beneficiará con muchas alegrías pero que sirvió para demostrar que el malagueño es prácticamente imbatible en dos ámbitos: improvisando y humillando. Cuando se juntan ambas, como en el minuto libre, jugar a ese juego contra Skone es jugar a perder. Entre abrazos, sonrisas, aplausos y reconocimientos al ingenio de su rival, se colaban barras repletas de insultos y faltadas. Deportividad y sangre, ¿qué más podía desear el encendido público pamplonica?

En efecto, una réplica. En ella, Skone tuvo tiempo para rememorar un momento que solo los más viejos del lugar recordarán: se vació una botella de agua por encima para formular su ataque recordando a aquel Invert que se empapó los pantalones allá por 2009 batallando contra él. Un guiño a la historia que fue clave para el desempate. Skone ya tiene sus dos primeros puntos. Lo siguientes fueron Walls y Zasko. Una batalla de máxima expectación, importante para determinar si el murciano podrá recuperar el altísimo nivel que ofreció en la temporada anterior y seguir apuntando a lo más alto de la clasificación. De inicio, marcado por el fuerte contraste en el desentendimiento entre Zasko y la base frente a la contundencia de Walls, que no perdonó ni un patrón (“¿creían que estaba fúnebre, que había bajado mi rendimiento? Les voy a enseñar a no hablar antes de tiempo”). A base de técnicas, Zasko fue creciendo en la batalla ante un ‘muro’ muy sólido. El punto culminante de esta tendencia llegó con la temática “energía”, en la Zasko desató todo su potencial con un minuto que ya se ha convertido en todo un fenómeno viral y que recolocó las piezas sobre el tablero. La batalla pasó a estar más igualada, con puntos de irregularidad compartidos por ambos, pero con una notable diferencia en favor de Walls, forjada durante todas las rondas, que el jurado entendió como una réplica. El guion fue el mismo, con las estructuras de Zasko siempre presentes y la lluvia de punchs de Walls que, de rutinarios, terminaron por quedar sin efecto a ojos del jurado. Esta vez sí, en el segundo desempate, se lo llevó Zasko gracias a una respuesta al nivel del ataque de Walls.

Bnet se estrenó en el formato reviviendo la Final Nacional del año pasado ante Force. Una batalla entretenida que llegó para ratificar las sospechas: la ascendencia de Bnet sobre la competición puede ser mayúscula. El hecho de que se ponderen las técnicas, la coherencia, la musicalidad o el ritmo desvirtúan las batallas como una cadena de insultos para hacer de ellas un arte mucho más complejo… en el que el madrileño, por supuesto, es un superdotado como pocos. El gallego dejó buenos momentos, como en su minuto libre en el que respondió todo, pero la constancia de Bnet y su basto dominio de casi todos los registros fue haciendo inasumible el margen de diferencia entre ambos, especialmente en los registros de técnica y armonía en la construcción de los ataques. Otro de los enfrentamientos más frecuente de los últimos tiempos. Blon y Errecé cerraron la jornada con una batalla que llevaron a la réplica, principalmente por el crecimiento de Blon en el tramo final. Antes, Errecé hizo un completo ejercicio de técnicas y flows que podría haberle asegurado los tres puntos sin necesidad de llegar al turno de desempate, que, por cierto, se terminó llevando. Así, Chuty arranca la carrera hacia el tricampeonato con ventaja, sumando una victoria y tres puntos que ya son una rutina y con sus mayores rivales de siempre tropezando, pues Skone se dejó un punto, dos perdieron Walls y Blon… pero no está solo en lo más alto de la tabla. Junto a su trono, Bnet comparte la primera posición, lo que podría ser un augurio de lo que deparará la presente temporada. El nuevo ha llegado para quedarse y parece que una competición como la FMS, que se ajusta tan bien a su estilo, le va como anillo al dedo.